La inversión en tecnología climática se dispara, pero falta eficiencia – El Ágora

La inversión en tecnología climática sigue creciendo y se ha convertido en uno de los activos emergentes más atractivos para los inversores. La búsqueda de soluciones innovadoras para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es una de las grandes necesidades de la transición ecológica, por lo que cada vez hay más fondos que centran su interés y sus carteras en estas tecnologías con un alto potencial de rendimiento económico. Por eso, la cantidad de dinero invertido en tecnologías con potencial de reducción de emisiones se ha disparado desde que empezó la pandemia, aunque la mayor parte de los fondos se canaliza hacia las iniciativas que tienen un menor impacto, restando eficiencia al proceso, según se desprende de un informe elaborado por la consultora PwC y publicado este miércoles.

En concreto, durante entre el segundo semestre de 2020 y el primero de 2021, las inversiones en tecnologías climáticas movilizaron 87.500 millones de dólares. De hecho, solo entre enero y junio del año pasado se invirtieron 60.000 millones de dólares, lo que supone un incremento del 210% respecto a los 28.500 millones de dólares de 2020. Dicho de otra forma, de cada dólar que se invierte en startups en el mundo, 14 centavos van destinados a este tipo de compañías.

Además, el tamaño medio de las transacciones en compañías de tecnología climática casi se cuadruplicó en el primer semestre de 2021, respecto al año anterior, pasando de 27 a 96 millones de dólares. Los denominados mega deals son cada vez más habituales e incluso están siendo definidos como el mayor motor de este tipo de inversión, aunque las nuevas formas de financiación, también están siendo fundamentales para el crecimiento de la tecnología climática. En este sentido, en los últimos 18 meses se han creado SPACs -en inglés, Special Purpose Acquisition Companies– como fuente de financiación de este tipo de compañías, que han llegado a aglutinar en el primer semestre de 2021 un tercio de la inversión total, con 28.000 millones de dólares.

Eso sí, esta mayor inversión debería estar mejor repartida para generar un verdadero impacto. El estudio incluye un análisis de las 15 principales tecnologías relacionadas con el cambio climático y revela que la inversión está creciendo en todas ellas aunque, quizás, no la estemos utilizando del todo bien. Entre el año 2013 y el primer semestre de 2021, el 75% de la inversión en tecnología climática se ha destinando a soluciones con un potencial de reducción de emisiones, en 2050, del 20%. Sin embargo, tan solo se ha destinado el 25% restante a las cinco principales tecnologías climáticas que aglutinan una capacidad conjunta para reducir las emisiones de carbono del 80%.

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Vista aérea de cientos de módulos o paneles de energía solar a lo largo de las tierras secas en el desierto de Atacama, Chile.

Estas tecnologías que necesitarían mayor financiación por su enorme potencial de reducción de emisiones son la energía solar, la energía eólica, el hidrógeno verde, la tecnología aplicada a reducir el desperdicio de comida y a la elaboración de alimentos alternativos/proteínas bajas en gases de efecto invernadero.

En cambio, las ‘startups’ que se centran en la creación de baterías para vehículos eléctricos han captado el 60% del total de las inversiones de capital riesgo para ese mismo periodo, pese que su potencial de reducción de emisiones respecto al total planeado es apenas del 3%. Asimismo, las empresas de soluciones de micromovilidad han captado el 9% de las inversiones con un impacto en la reducción de emisiones del 0,4%. También ha experimentado un crecimiento significativo el sector industrial, de fabricación y recursos naturales, con 6.900 millones de dólares invertidos.

«El planeta tiene diez años para reducir a la mitad las emisiones de gases efecto invernadero si queremos cumplir con el objetivo de cero emisiones netas en 2050. Para ello, la innovación es crítica. La buena noticia es que la inversión en tecnología climática está creciendo considerablemente. Sin embargo, nuestro estudio revela que debemos canalizar mejor esa inversión hacia aquellas áreas con un mayor potencial de reducción de emisiones», ha indicado el socio responsable de Sostenibilidad de PwC, Pablo Bascones.