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Aunque el mundo se detuvo por el coronavirus, la migración continúa. Esta movilización pone a los que están en tránsito en una condición de mayor vulnerabilidad. Ante la crisis, hay inmigrantes que decidieron ayudar a los que avanzan en busca de un mejor futuro.
Aliuska y Jhostin son inmigrantes. Ambos esperan una respuesta a sus solicitudes de refugio en Ciudad Juárez, pero mientras lo hacen y frente a la crisis sanitaria por el Covid-19, se les dio la oportunidad de trabajar.
Aliuska, una médica cubana y Jhostin, enfermero venezolano, ponen sus conocimientos a disposición en un hotel acondicionado para recibir a los migrantes en tránsito, mientras pasan la cuarentena obligatoria antes de ser trasladados a refugios temporales.
Juntos agradecen la oportunidad de trabajar en sus profesiones, aunque sin papeles. “Me siento muy bien, muy orgullosa de estar ejerciendo lo que me gusta. Estoy muy contenta de cuidar a estos pacientes que son inmigrantes como yo. Me identifico mucho con ellos y ellos se identifican conmigo porque ambos somos inmigrantes. Mi familia y yo estamos muy contentos de poder volver a ejercer mi profesión”, asegura Aliuska.
La solidaridad también se evidencia en París, donde un grupo de colombianos ayuda a sus connacionales afectados por la falta de trabajo. Varias asociaciones nacieron en confinamiento para auxiliar a los inmigrantes indocumentados que laboran en la informalidad.
Máximo Kiteber, integrante de la asociación, dice que se trata de apoyar a los más vulnerables. “Estas personas en época normal están pintando casas, limpiando restaurantes, preparando comidas. Hacen parte de la sociedad, pero en este momento, están excluidos”, asegura.
+ Y el dato de migración de la semana: Innocent Habyarimana es un refugiado de Burundi que decidió bajar el precio del jabón que produce artesanalmente para que fuera más accesible a todos los refugiados en el campo donde reside en Kenia. Una decisión que no favoreció a su bolsillo, pero que ayuda a los demás.