La manera en la que Estados Unidos arruinó la Navidad – CNN

(CNN) — La pesadilla en la cadena de suministro que asola la economía mundial desde hace más de un año está a punto de paralizar la temporada de compras navideñas. Piensa en estanterías vacías, retrasos masivos en los envíos y una gran cantidad de sorpresas. ¡Feliz Navidad a todos!

Aunque la pandemia desencadenó el problema, Estados Unidos lleva años preparando esta situación de fallos en la cadena de suministro. El gobierno de EE.UU. recortó drásticamente las inversiones en la manufactura, paralizó el servicio postal y se enfrascó en insignificantes guerras comerciales que han hecho que la era de la pandemia sea especialmente dolorosa para los consumidores.

Destruyendo el correo

El Servicio Postal de EE.UU. (USPS por sus siglas en inglés) es una especie de desastre en este momento, con escasez de fondos y de trabajadores, y agobiado por la afluencia de paquetes en la era de la pandemia.

La situación está a punto de empeorar. Desde el pasado viernes, el correo en Estados Unidos es más caro y, en muchos casos, mucho más lento, gracias a una nueva y controvertida norma de servicio que reduce el horario de las oficinas de correos y cobra a los consumidores las tarifas máximas de envío. ¡Justo a tiempo para las fiestas de fin de año!

La terrible situación financiera del USPS es en gran parte culpa del Congreso. Irónicamente, el USPS tiene un flujo de caja positivo. Pero la agencia, que no recibe financiación de los contribuyentes, se ha visto obstaculizada por la decisión del Congreso en 2006 de prefinanciar 75 años de prestaciones de jubilación, un sistema extraño que no sigue ninguna otra agencia gubernamental.

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Problemas en la manufactura

Washington también tiene que compartir la culpa en la dependencia de Estados Unidos de las cadenas de suministro globales.

Durante décadas, Estados Unidos ha innovado en su país y ha construido en el extranjero, lo que ha permitido que la manufactura de alto nivel (y los puestos de trabajo bien remunerados que la acompañan) prácticamente desaparezca.

Por ejemplo, en esta categoría están los semiconductores, esos diminutos trozos de silicio grabado que alimentan prácticamente todos los aspectos de la vida moderna, desde el automóvil hasta el refrigerador, pasando por el dispositivo en el que estás leyendo esto.

“La razón por la que estamos en este problema es que durante mucho tiempo no hemos invertido”, declaró recientemente a CNN la secretaria de Comercio, Gina Raimondo. “Solíamos liderar el mundo en la fabricación de semiconductores y ahora no lo hacemos. Simplemente hemos desinvertido”.

En las últimas tres décadas, la cuota de Estados Unidos en la fabricación de semiconductores a nivel mundial ha caído a solo el 12%, frente al 37% de 1990, según la Asociación de la Industria de Semiconductores.

Mientras tanto, los competidores de Asia han aumentado su capacidad, lo que sitúa a Estados Unidos en una “desventaja competitiva”, según el grupo comercial. Aunque el gobierno de Biden presiona al Congreso para que apruebe un proyecto de ley de US$ 52.000 millones que reforzaría la producción y la investigación de semiconductores en el país, el impacto de cualquier legislación (que aún debe ser votada en la Cámara de Representantes) tardaría años en llegar.

Semiconductores, nuevo blanco en disputa EE.UU.-China 1:50

Guerras comerciales

Para complicar aún más las cosas, Estados Unidos se ha enfrascado en una guerra comercial con China. Mucho antes de la pandemia, el gobierno de Donald Trump impuso aranceles a bienes por valor de más de US$ 300.000 millones.

En lugar de presionar a China para que reforme sus prácticas comerciales, los aranceles han perjudicado a consumidores y fabricantes estadounidenses que dependen de los materiales fabricados en China (es decir, a todos). La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, lo ha reconocido, pero el gobierno de Biden aún no actúa.

En resumen

Incluso si no estás comprando los regalos de las fiestas, el final del año sigue pareciendo un trabajo duro, ya que la inflación sigue siendo obstinadamente alta.

Las facturas de los servicios públicos durante el invierno son otra gran carga para las economías domésticas, pues la inflación afecta a casi todos los productos de consumo del mercado.

Los precios del gas natural, un combustible fósil no renovable que sigue siendo la forma más común de calentar los hogares en Estados Unidos, se disparan justo cuando el hemisferio norte se adentra en el otoño y el invierno.

Esa chimenea en la que se asan las nueces puede que tenga que hacer la función de sistema de calefacción de la casa.