Destacan del Real Decreto, aprobado este jueves, aspectos como el reconocimiento a la intermitencia laboral o la prestación de desempleo a actores y artistas, pero indican que aún quedan temas por afinar
“O simple feito de que pensen en que debe existir unha Lei integral e poñelo por escrito, xa significa un avance no papel que xogamos na sociedade, é un recoñecemento de que o noso labor ten consecuencias económicas”. Así valora Cándido Pazó el Estatuto del Artista que acaba de aprobar el Gobierno. Para el actor y dramaturgo vigués, consigue adaptarse a las peculiaridades laborales del sector. “Non encaixabamos en ningún epígrafe, cando saquei a miña primeira licencia fiscal tiven que o facer no grupo dos toreros, polo que é un gran avance, aínda que haberá que ir prefilándoo”.
La nueva ley también fue aplaudida desde la Asociación de Actores e Actrices de Galicia (AAAG), con Xosé Barato en la presidencia y Luma Gómez, de vicepresidenta, que agrupa a más de 300 profesionales de la interpretación. “Recoge dos de las principales reivindicaciones que llevábamos defendiendo desde hace años, el reconocimiento de la intermitencia del sector y la compatibilidad de la jubilación con la actividad artística; además de incentivos a la contratación laboral, mejoras en la protección social de los artistas y una prestación desempleo especial adaptada a las peculiaridades de la contratación”.
Los directores de la sala Teatro Ensalle, Pedro Fresneda y Raquel Hernández, cotizan la mitad del año como intérpretes y la otra mitad como gestores cultural de un espacio que emplea a cinco trabajadores fijos al año y en torno a dos eventuales. “Que refleje la discontinuidad es algo que se lleva pidiendo desde hace años, no tenía sentido que en España no se aplicase cuando sí se hace en otros países; que una compañía realice 40 funciones al año es una barbaridad, es bastante probable llegar a lo que piden con tres meses de producciones, sumándoles las funciones”. Fresneda considera que aún quedan temas fuera como el tiempo que dedican a formarse o en preparar las funciones. Con todo, su valoración es positiva “es un adelanto que no esperábamos”.
La postura del Centro Dramático Galego se enmarca en la misma línea, tal y como explicó a Atlántico su director, el vigués Fran Núñez: “Siempre es motivo de satisfacción que se den pasos para mejorar la situación de nuestra profesión, que por sus propias circunstancias es muy inestable, la nueva ley es una mejora de las condiciones de los trabajadores, pero es un paso en un camino largo”.
Marta Pérez, directora de la compañía Inversa Teatro ve bueno que reconozca las características de la profesión: “Tanto la intermitencia como la posibilidad de compaginar la jubilación con el trabajo son demandas históricas; es muy justo porque nuestro tiempo laboral es distinto al resto de los trabajadores, una actriz puede seguir representando papeles toda la vida, según la edad, siempre habrá un personaje, su vida laboral puede prolongarse hasta la muerte”.
Aunque la mayoría de los profesionales son autónomos, algunos prefirieron ser contratados por el régimen general. Es el caso de Manuel Manquiña. “Yo nunca facturé, no vi claro lo de autónomos, siempre me contrataron por el régimen especial, cobraba y cotizaba por ello; ya fueran productoras o compañías de teatro pedía un contrato con sus retenciones y alta en la Seguridad Social; ahora estoy compaginando la pensión con el trabajo porque está permitido”.
La nueva Ley cambia el concepto “artistas en espectáculos públicos” por el de “las actividades culturales en el ámbito de las artes escénicas, audiovisuales y musicales”, dando cabida a otros perfiles profesionales y adapta la legislación a otros formatos como el entorno web con el streaming, la difusión online o el podcast.
Fon Cortizo, presidente de la Asociación Galega de Profesionais de Dirección e Realización (CREA) afirma que a primera vista “parece algo positivo, responde a reclamaciones del sector como la discontinuidad y compensa de alguna manera las características laborales de las profesiones artísticas, hay muchos compañeros que en dos meses tienen una carga de trabajo brutal, pero que pasan parados el resto del año y que hasta ahora estaban totalmente desprotegidos”.
Cortizo asegura que en el sector hay una gran masa de autónomos, no solo entre los intérpretes, sino también entre los técnicos y los guionistas. “Depende de la capacidad de la productora, también hay un porcentaje de contratados”.
Junto al resto del mundo del espectáculo, el audiovisual fue uno de los sectores más afectados por la crisis. “Se está recuperando mucho trabajo, en parte por los fondos europeos que se empezaron a notar, pero las salas de cine aún no recuperaron el escenario prepandemia”.
Desde el ámbito docente también se congratulan por la aprobación de la Ley. Así, la dirección de la Escola Superior de Arte Dramático (ESAD, ubicada en Navia, apoya el Real Decreto Ley. “Es un avance profesional y social muy importante, es un sector que siempre ha estado alejado de la regulación laboral”, señaló el vicedirector, Ricardo Solveira, que reconoció el buen trabajo hecho por los sindicatos.