Ayuso, en sede soberana, alerta de que la pandemia de la covid-19, resulta especialmente resistente en el sur de Madrid porque allí se vive en barrios densamente poblados e impera el estilo de vida de los inmigrantes: si no puedes estar en casa (por vivir hacinados) haces vida en la calle. La presidente retuerce las palabras hasta la demagogia, porque eso mismo venían diciendo los propios inmigrantes, para denunciar las condiciones de acogida en una sociedad, como la madrileña, tan radicalmente desigual.
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En la época de bonanza económica, pese a sus reivindicaciones, consiguieron pasar desapercibidos, pero ahora los intereses más espurios han incorporado a los inmigrantes como causa del pesimismo y del malestar general. Siguen siendo imprescindibles para el mantenimiento de muchas empresas y para mejorar la calidad de vida de infinidad de personas dependientes. Su única fuerza es su capacidad de trabajo, hasta que puedan votar, pues entonces los demagogos y la xenofobia tendrán menos cancha.