¿Trump está poniendo trabas a la ciudadanía de los inmigrantes? – La Noticia

Por años el presidente Donald Trump ha expresado un rechazo casi enfermizo contra los inmigrantes indocumentados, por ello en múltiples ocaciones se le ha preguntado si es antiinmigrantes, a lo que siempre responde que no, que no se opone la inmigración legal, solamente a la “ilegal”. Sin embargo, en la práctica tampoco los inmigrantes legales se salvan de los esfuerzos de la actual administración para hacerles la vida más difícil.

El gobierno anunció el 31 de julio una regla final, que busca nuevamente subir los precios de las tarifas de ciertas peticiones de beneficios de trámites migratorios, incluyendo la ciudadanía.

¿La justificación? Según el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) a diferencia de otras agencias gubernamentales, esta entidad se financia con las tarifas que cobra, lo que cubre la mayor parte de su presupuesto.

El problema es que ha bajado notablemente el número de solicitantes de trámites migratorios. El USCIS actualmente tienen un deficit de cerca de $1,000 millones por año.

Menos inmigrantes confían en Trump

¿A qué se debe esta disminución en el número de personas realizando trámites migratorios? La respuesta se puede resumir en dos palabras: incompetencia y temor.

Desde que la Administración Trump llegó al poder, se han multiplicado los casos migratorios atrasados, en parte por los constantes cambios a un sistema migratorio ya complejo, y en parte a la poca atención que la Casa Blanca le ha dado al USCIS.

Un informe de la Asociación de Abogados de Inmigración (AILA) asegura que durante el año 2018 el 94 % de los casos de: Peticiones de reunificación familiar, visas de trabajo, ciudadanía por naturalización, documentos de viaje, autorización de empleo, tarjetas de residencia, y visas para víctimas de trata de personas, se procesaron mucho más lentamente que hace cuatro años atrás.

La segunda razón detrás de la falta de personas realizando trámites migratorios, es la retórica antiinmigrante que emana del gobierno, la cual no inspira confianza. Un día Trump dice que protegerá a los beneficiarios de DACA, al día siguiente elimina el programa. Un día dice que le importan las familias, después ordena la separación de niños pequeños de sus padres inmigrantes.

“Una brillante idea”

El daño está hecho y ahora menos inmigrantes confían en el gobierno. Algunos incluso prefieren esperar hasta que haya un cambio en la Casa Blanca, antes de realizar sus trámites migratorios.

¿Cómo solucionar esta escasez de fondos por falta de clientes? ¿Reformar los trámites para hacerlos más sencillos y así atraer a más personas? No. Al USCIS se le ocurrió la brillante idea subir exageradamente el costo de varios trámites.

Por ejemplo, para solicitar la ciudadanía estadounidense por naturalización, pasó de 640 a 1,160. Esto representa 520 extra o un incremento del 81.

El permiso de trabajo (Formulario I-765, Solicitud de Autorización de Empleo) pasó de 410 a 550, un aumento del 34.

Si usted obtuvo su residencia legal por matrimonio, antes tenía que pagar 595, y ahora tendrían que pagar 760 para remover las condiciones en su estatus, esto es un 28 de aumento.

El trámite para la solicitud de suspensión de deportación subió un 535, pasando de 285 a 1,525. La regla propuesta entraría en vigencia el 2 de octubre.

¿Le temen a los nuevos ciudadanos?

Evidentemente esta alza de precios hace que los trámites migratorios sean menos accesibles, lo que solamente ahuyentará a sus clientes. Entonces salta a la vista un objetivo oculto: Al parecer a la administración Trump le asusta la idea de que los inmigrantes se hagan ciudadanos y puedan votar en las elecciones de noviembre.

Es lamentable que desde el gobierno se erosione nuestro sistema democrático. Es irónico que esto ocurra en una nación que se forjó con inmigrantes y, que hasta hace no mucho, era considerada como un modelo en democracia.