Tensión Estados Unidos-Rusia y la crisis de los misiles en Cuba – Los Angeles Times

Sentados en las mesas de negociaciones, los diplomáticos de Estados Unidos y Rusia nunca confiaron en el otro. Durante la Guerra Fría, no obstante, llegaron a acuerdos en torno a los principales temas del momento.

Ahora, la hostilidad mutua en torno a la invasión rusa de Ucrania plantea un serio interrogante: ¿Hay todavía espacio para la diplomacia entre rusos y estadounidenses?

La respuesta es clave por razones que van más allá de la guerra en Ucrania y los intereses inmediatos de ambas potencias.

De un modo u otro, Estados Unidos y Rusia han sido los grandes referentes de casi todos los asuntos mundiales, incluidos el control de armas, la cooperación espacial, la ciberseguridad y el cambio climático. Los progresos en esos y otros temas depende en buena medida de que ambas naciones encuentren puntos en común.

Los lazos diplomáticos no están totalmente rotos. Por ahora al menos, funcionan embajadas en las capitales de ambos países, a pesar de entredichos que motivaron la expulsión de decenas de diplomáticos desde el 2017. Y tanto Rusia como Estados Unidos participan en Viena en negociaciones para revivir un acuerdo nuclear del 2015 con Irán.

La “línea especial”, como se denomina a canales de comunicación pensados para evitar un conflicto nuclear, sigue abierta.

Pero, sin contar con los diálogos de Viena, el contacto más reciente entre las dos naciones parece haber sido una notificación estadounidense de que expulsaría a 12 rusos de las Naciones Unidas por espionaje.

El secretario de estado estadounidense Antony Blinken dijo que los canales diplomáticos siguen abiertos, pero por muy poco, y que serán usados solo si Moscú interrumpe su incursión militar en Ucrania.

“Lo que hemos visto en numerosas ocasiones es que Rusia finge apelar a la diplomacia y sigue su rumbo agresivo”, expresó Blinken el miércoles.

Los presidentes estadounidense, Joe Biden, y ruso, Vladimir Putin, no hablan desde una llamada telefónica de aproximadamente una hora del 12 de febrero, en la que Biden le dijo a Putin que “una invasión rusa de Ucrania produciría un sufrimiento humano generalizado y afectaría la posición de Rusia”. Doce días después, Rusia invadió Ucrania.

El último contacto entre Blinken y su colega ruso Sergey Lavrov se produjo en la víspera de la invasión, el 23 de febrero, cuando Blinken informó a Lavrov que cancelaba un encuentro programado para el día siguiente porque pensaba que no sería productivo.

Lavrov respondió diciendo que la falta de progresos se debía a la falta de flexibilidad de los estadounidenses, según funcionarios norteamericanos.

Al margen de esto, el último contacto conocido puede haber sido uno en el que Estados Unidos informó a Rusia el 23 de febrero acerca de la expulsión del número dos de su embajada en Washington, en represalia por la expulsión del número dos de la embajada norteamericana en Moscú a mediados de febrero.

La falta de contactos, aparte de comunicados fuertes de ambas partes en las Naciones Unidas, es inquietante.

“Hay que tratar de conservar un diálogo y de encontrar formas de hacer lo que hay que hacer”, dijo Ronald Neumann, presidente de la Academia Estadounidense de Diplomacia y quien fue embajador de Estados Unidos en tres ocasiones.

“Rusia no estará aislada para siempre, pero en estos momentos es necesario hacerles llegar un mensaje. No podemos mirar para otro lado cuando están acabando con un país soberano”.

Neumann destacó que incluso durante la crisis de los misiles en Cuba en la década de 1960 hubo contactos secretos, a menudo a través de intermediarios, a pesar de las bravuconadas de Washington y Moscú, y que a la larga hubo una solución pacífica. Agregó que deben prevalecer las cabezas frías.

“Nosotros también nos veremos perjudicados si Rusia queda aislada”, manifestó. “No queremos darles piedra libre a los rusos”.