Sánchez en Latinoamérica – EL PAÍS

El viaje a Latinoamérica del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dejado esta semana una nueva muestra de la trascendencia que puede tener la acción exterior de España en la región. La visita a Colombia, Ecuador y Honduras, a pesar de las especificidades en la agenda bilateral con cada uno de esos países, ha vuelto a demostrar que la presencia en América y las relaciones con sus mandatarios deben ser una prioridad para España, que en los últimos tiempos no ha podido evitar cierta desconexión entre Latinoamérica y la UE, traducida en el retraso en los acuerdos comerciales con México y Chile y las inacabables dificultades con Mercosur. España tiene que mantener ese puente.

Pero, a falta de resultados por ese lado, hay alguna buena noticia en otros flancos, en especial la disposición mostrada por el jefe del Ejecutivo en Bogotá para buscar un acuerdo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) que lleve a la desmovilización de la organización guerrillera. Sánchez y el presidente colombiano, Gustavo Petro, sellaron el comienzo de una etapa que pasa por el respaldo al proceso de paz. El presidente ofreció España como posible sede de las conversaciones y su homólogo se mostró acorde con esa posibilidad. Más complicado sería que España pudiese acoger unas conversaciones que implicarían también que la justicia suspendiese órdenes de captura. Sánchez y Petro abordaron otros asuntos centrales, como la política antidrogas, el compromiso con el combate contra el cambio climático, el impulso a la cooperación económica o la reactivación de las Cumbres Iberoamericanas de 2023 y 2024. El viaje de Sánchez a Colombia es relevante, además, por el peso simbólico del reciente triunfo de Petro, el primer presidente de izquierdas del país y un político que encarna, sobre todo junto con el chileno Gabriel Boric, el espíritu de un nuevo eje progresista en América Latina.

El alcance de la visita a Ecuador y Honduras —la mandataria del país centroamericano, Xiomara Castro, es otra representante destacada de esa nueva oleada de líderes progresistas— ha sido ostensiblemente menor. Pero el balance de la gira es, en cualquier caso, muy positivo. Queda un capítulo adicional: España debe colocar ahora la agenda latinoamericana, esencial para sus intereses, en la agenda europea, más aún tras el imparable avance de China y Rusia en la región en los últimos tiempos. Tras esta gira, Sánchez va camino de Alemania, y posteriormente recibirá al canciller Olaf Scholz en una reunión bilateral en Madrid, esencial para los intereses españoles. Latinoamérica y Alemania son dos prioridades de la política exterior española, junto con un vecindario sur marcado por los nuevos equilibrios con Marruecos y Argelia. Esos dos viajes de Sánchez deberían empezar a perfilar los contornos de la presidencia española de la UE, en la segunda mitad de 2023, que se adivina crucial para la imagen internacional de España tras una década larga de crisis en crisis en la que a menudo ha boxeado por debajo de su peso en los cenáculos del poder global.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.

Suscríbete aquí