¿Rivales, socios o ambos? Las claves de la relación entre Estados Unidos y China y las tensiones actuales – CNN en Español

(CNN Español) — Aún son socios comerciales y económicos de primer orden, pero desde hace años las noticias que llegan sobre Estados Unidos y China hablan de una creciente tensión geopolítica en medio de una rivalidad planetaria, y el mundo se anticipa con preocupación al posible momento en que las dos principales potencias económicas entre en un conflicto abierto.

¿Cuál es la relación entre Estados Unidos y China, las dos primeras potencias del mundo, y por qué parecen haber entrado en una espiral de tensiones?

El inicio de las relaciones actuales

Cuando Mao Zedong proclamó la República Popular China en 1949, luego de que las fuerzas comunistas triunfaran en la guerra civil, Estados Unidos no reconoció la legitimidad de su gobierno y mantuvo sus relaciones con la República de China, cuyos líderes y seguidores se exiliaron en Taiwán.

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Estados Unidos y la República de China, que en ese entonces controlaba todo el territorio chino, habían sido aliados contra el Imperio de Japón.

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De hecho, Taiwán, como se conoce a la República de China, ocupó uno de los cinco asientos permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU destinados a los países triunfadores de aquel conflicto (la lista se completa con Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la Unión Soviética).

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La situación comenzó a cambiar en 1971, cuando los países miembros de la ONU reconocieron la legitimidad de la República Popular, que pasó a ocupar ese asiento.

Y en 1972, el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, realizó una histórica visita oficial a China, estrechando la mano de Mao Zedong.

¿Qué había cambiado?

A pesar de ser comunistas basados en el marxismo-leninismo y, en un principio, socios cercanos, China y la Unión Soviética, principal rival de Estados Unidos, entraron en conflicto en la década de 1960 por sus diferentes miradas sobre el comunismo y la relación con el mundo, y una historia de problemas limítrofes. Y en medio de ese desencuentro, China y Estados Unidos comenzaron un acercamiento.

En 1979 los países establecieron relaciones diplomáticas formales, y Estados Unidos mudó su embajada de Taipei, en Taiwán, a Beijing, completando el reconocimiento de la legitimidad de la República Popular.

Socios globales

Mao había muerto en 1976, y su eventual sucesor Deng Xiaoping encaró en los años posteriores un proceso de modernización, reformas de mercado y apertura comercial al mundo, el llamado “socialismo con características chinas”.

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Y en esas reformas, Estados Unidos tendría un papel central para la economía de China como principal destino de sus productos manufacturados, y principal origen de sus importaciones de tecnología.

De la mano del “socialismo con características chinas” que se aceleró en las décadas de 1980 y 1990, el país dio un verdadero salto: la economía china llegó en 2010 a ser la segunda en el mundo, solo superada por Estados Unidos; y en ese período casi 800 millones de sus habitantes dejaran de ser pobres, según destaca regularmente el gobierno en base a umbrales de pobreza establecidos por el Banco Mundial (menos de US$ 1,9 al día).

¿Y qué clase de socios son ahora Estados Unidos y China?

Según su Oficina del Censo, en 2021 Estados Unidos exportó bienes por US$ 151.442 millones a China, e importó por un valor de US$ 504.935 millones desde el mismo país, dando un saldo negativo de su balanza comercial de US$ 353.493 millones. Por volumen total de exportaciones e importaciones, Estados Unidos es el principal socio comercial de China, y también a la inversa China es el principal socio de Estados Unidos, (aunque China llega al segundo lugar si se cuenta a todos los países de la Unión Europea, que en conjunto son el principal socio de Estados Unidos).

China es además el tercer destino de las exportaciones de Estados Unidos (con el 9,1% del total), detrás de Canadá (16,2%) y México (14,6%), según datos de 2020 del Observatorio de Complejidad Económica, mientras que el 19,5% de las importaciones de EE.UU. provienen de China, su principal proveedor. De acuerdo con su Oficina del Representante Comercial, los principales productos que Estados Unidos vende a China son maquinaria eléctrica, soja, combustible e instrumentos de precisión.

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Por otro lado, Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de China, con el 16,5% del total, y el tercer mayor origen de sus importaciones con el 7,91%, detrás de Japón (8,57%) y Corea del Sur (8,5%). Los principales productos que China vende a Estados Unidos son maquinaria eléctrica, maquinaria en general, juguetes, artículos deportivos, muebles y textiles, entre otros.

Tensiones comerciales

Estados Unidos y China han tenido una larga historia de tensiones comerciales, especialmente debido a la balanza comercial entre ambos países. Desde 1985, cuando el intercambio era muy pequeño, hasta la actualidad, donde los países son socios comerciales de primer orden, ésta fue siempre negativa para Estados Unidos.

Washington también ha acusado en repetidas ocasiones a Beijing de manipulación de moneda, es decir mantener un tipo de cambio artificialmente bajo para favorecer las exportaciones y desalentar las importaciones. Durante una reunión del G20 en Corea del Sur en 2010, el entonces secretario del Tesoro, Timothy Geithner, pidió medidas enérgicas para que los mercados emergentes, especialmente China, apreciaran su moneda.

China, por su parte, respondió acusando en 2012 a Estados Unidos de mantener el dólar débil mediante la política monetaria de la Reserva Federal.

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump volvió a acusar a China de manipulación de moneda en 2019, en el contexto de su política de “desacoplamiento” de las dos economías —la reducción progresiva de la dependencia de Estados Unidos de bienes, servicios y cadenas de suministro vinculadas a China.

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Trump mantuvo una estrategia de confrontación con China durante su presidencia, que se exacerbó con la pandemia de Covid-19 en 2020, que el expresidente atribuyó a Beijing.

Este intento de desacoplamiento llegó a ser conocido como parte de la “guerra comercial” que han encarado Estados Unidos y China en los últimos años y que consiste en una batería de tarifas recíprocas a determinados bienes entre ambos países, que el actual presidente Joe Biden parece estar continuando.

Al momento, sin embargo, poco parece haberse avanzado en este desacoplamiento, según datos de la Oficina del Censo: el intercambio comercial entre Estados Unidos y China en 2016, al asumir Trump, fue de unos US$ 578.000 millones, se redujo apenas a US$ 555.591 millones en 2019, en lo alto de la “guerra comercial”, y en 2021 fue de US$ 656.377 millones.

Aunque sí ha habido cambios en determinadas áreas, como las telecomunicaciones (con bloqueos y prohibiciones de parte de Estados Unidos a empresas chinas como Huawei, ZTE, y China Telecom), especialmente en las redes 5G.

Rivalidad geopolítica: ¿podría haber una guerra?

En el contexto de estas tensiones comerciales, Estados Unidos, la primera potencia global tras la caída de la URSS en 1991, y sus aliados en Europa y el sur del Pacífico han estado chocando cada vez más en los últimos años con una mayor asertividad de China en la región y el mundo.

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En 2019 la Unión Europea, gran parte de cuyos miembros forman parte junto a Estados Unidos de la alianza militar OTAN, declaró a China en 2019 como su “rival sistémico” y competidor económico global.

Estados Unidos no ha producido al momento un documento así, pero a sus recientes movimientos en el plano comercial se le suma una interminable lista de acciones y afirmaciones en la región del Pacífico: del pacto Aukus con Australia y Reino Unido, al grupo de seguridad Quad con India, Japón y Australia y la alianza de inteligencia Five Eyes (con Canadá, Nueva Zelandia, Australia y Reino Unido).

Estados Unidos mantiene además relaciones estrechas y acuerdos militares con gran parte de los países que rodean a China en el Pacífico —Japón, Corea del Sur, Filipinas y Vietnam, entre otros— además de Taiwán, y compite por mercados y posiciones económicas en otras áreas donde China actúa con fuerza, como América Latina y África.

Esta estrategia ha sido descrita por especialistas estadounidenses y chinos como de “contención”, tomando prestado el término creado por George G. Kennan durante la Guerra Fría para una política similar de Estados Unidos con la Unión Soviética, pero no está claro que Washington efectivamente haya adoptado oficialmente esta estrategia.

La contención implicaba una respuesta de Estados Unidos a cada acción expansiva de la Unión Soviética en el mundo, e incluyó desde el Plan Marshall de ayuda económica a países europeos hasta la creación de la OTAN y la práctica de los embargos económicos, de acuerdo con un artículo reciente de la especialista Deborah Welch Larson en Foreign Policy. Kennan lo describía como un proceso a “largo plazo, paciente pero firme y vigilante”.

La relación de Estados Unidos y China, sin embargo, es muy diferente a la que tuvo Estados Unidos con la Unión Soviética, principalmente por la interdependencia económica de los dos primeros, señala Welch Larson, y la superioridad militar y especialmente nuclear de Estados Unidos sobre China, al momento.

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En un comunicado del Ministerio de Exteriores de China publicado en junio, se acusó a Estados Unidos de promover una narrativa sobre la “amenaza de China”, en lo que califica como “un intento de contención y supresión total de China”.

Mientras que en una pieza de opinión del periódico estatal chino Global Times se advierte que la estrategia de contención de China “hará más difícil solucionar los problemas domésticos de Estados Unidos” debido a su impacto en el crecimiento y la inflación.

Las muy cercanas relaciones entre Washington y Taipei están ahora, precisamente, en el centro de la última escalada con Beijing, luego de que la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitara la isla a que la República Popular considera una provincia rebeldes desde 1949.

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No es la primera vez que la situación escala por Taiwán: en 1996, luego de la visita del entonces presidente de Taiwán, Lee Teng-hui a Estados Unidos, China disparó también misiles en aguas cercanas a la isla y Washington envió dos portaaviones a la zona en apoyo de Taipei.

¿Podría la escalada de tensiones actual llevar a un conflicto armado, como sucedió en febrero en Ucrania? La respuesta podría estar en las relaciones económicas y diplomáticas que Estados Unidos y China han mantenido en los últimos años.