Presentando a Estados Unidos como enemigo de la soberanía mexicana – Los Angeles Times

Cada vez es menos claro el tipo de relación que tiene o pretende la administración de AMLO con Estados Unidos y de paso, con Canadá.

Parece que sigue el modelo priista de los 70 según el cual se mantenía un discurso interno de soberanía, exacerbado según el momento que se viviera, de cercanía y comprensión hacia Latinoamérica pero que al mismo tiempo, más en lo oscurito, se subordinaba totalmente a Estados Unidos.

El destinatario de ese mensaje de soberanía era la sociedad mexicana. La combinación de distanciarse de Estados Unidos y acercarse a Latinoamérica, aunque fuera solamente un recurso discursivo, movía fibras sensibles de los mexicanos y fortalecía al mismo tiempo, el “antiyanquismo” y la muy fuerte identidad cultural hacia el sur. Los ejemplos abundan. A la tradicional posición cubana se sumaron los casos de Chile, Argentina, Nicaragua y otros países en los que México se convirtió en refugio de quienes huían de dictaduras y golpes de estado claramente apoyados por el entonces “imperialismo yanqui”.

Es cada vez mas claro que el reloj de AMLO se detuvo justamente en esa época y en el priismo de entonces y no se da cuenta que ni México, ni Estados Unidos, ni la región son lo que eran en los años 70.

Todos los elementos de esa “política” ahí están. Por un lado se levantan las manos al cielo exigiendo soberanía y por otro se ofrece el país y sus fuerzas del orden para controlar los flujos migratorios de centroamericanos.

Internamente, hacia México, envolverse en la bandera de la soberanía y el “antiyanquismo” sigue siendo rentable políticamente. Ahí están los índices de popularidad de AMLO como testimonio. La pregunta es si hacia el exterior el esquema es aun funcional.

Hace apenas unos días, en su participación en un seminario de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), -foro que surgió en 2010 cuando Hugo Chávez, Evo Morales, Raúl Castro, Lula Da Silva y Cristina Fernández, entre otros, eran presidentes de países latinoamericanos-, AMLO refiriéndose a Estados Unidos dijo que: “Debe de cambiar ya esa política obsoleta, los intervencionismos, los golpes de estado, que se respete la soberanía de los países”.

Inmediatamente después de su defensa del no intervencionismo, AMLO expresó su apoyo al brasileño Lula quien apenas es candidato presidencial en su país. Además de la evidente contradicción, parece que no se entiende aun que meterse en las campañas presidenciales de otros países no es una buena estrategia.

Como decimos en México, AMLO busca llevar agua a su molino y estira la liga en la relación con Estados Unidos en el marco del diferendo comercial acerca del proteccionismo a PEMEX y CFE que violenta las reglas del T-MEC.

Pero de ahí a decirse víctima de un golpe de estado hay una diferencia abismal y es un exceso discursivo nada útil. Mucho me temo que AMLO irá subiendo el tono de la defensa de la soberanía, solo para proteger a CFE y a PEMEX, hasta la celebración de la independencia mexicana en la que prometió fijará su posición. De lo que se trata es de presentar a Estados Unidos, en varios frentes, como un enemigo de esa soberanía. Lo acaba de volver a decir en Baja California a raíz de las advertencias de Estados Unidos a sus ciudadanos para no viajar a ciertas zonas de México.

Ciertamente, AMLO tiene una buena relación con el embajador estadounidense Ken Salazar y ha afirmado que no nos debemos pelear con Estados Unidos. Eso no es suficiente. El embajador al final del día hará su trabajo y ese es velar por los intereses estadounidenses que son esencialmente económicos. La prueba mas clara son la serie de reuniones que sostuvo con el presidente mexicano y empresarios estadounidenses antes de que se formalizara el diferendo comercial. Obviamente esas visitas, que seguramente fueron muy cordiales, no cumplieron las expectativas de Estados Unidos y el diferendo se hizo oficial.

Alguien debería explicarle al presidente mexicano que la situación hoy es muy diferente. La apuesta no debe ser “no pelearnos con Estados Unidos”. Es muy poco y no aprovecha lo que podríamos ganar los mexicanos.

Aun entendiendo que el presidente mexicano está urgido de distractores y de alimentar a sus bases, la relación con nuestros vecinos del norte es fundamental para nuestro futuro y debe tomarse con mas seriedad.

Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

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