La tecnología se ha convertido en la distracción preferida y la creencia más equivocada de las personas que aspiran a emprender. Son muchas las personas que invierten una gran cantidad de tiempo, dinero y esfuerzo tratando de entender cómo funciona el algoritmo de Facebook, Instagram, LinkedIn o Google; cuáles son los últimos trucos para que las campañas de tráfico generen más prospectos calificados o cómo usar el tráfico orgánico para conectar con un mayor número de potenciales clientes.
Esto es normal, la tecnología siempre será atractiva porque detona el botón emocional de “lo nuevo”, uno de los más efectivos, que, como consecuencia del confinamiento obligado por el Covid-19, ha sumado a un gran número de personas de todas las edades y profesiones, quienes se han visto arrojadas al mundo del Internet para tener que sacar adelante su negocio personal o desarrollar las funciones relativas a su trabajo desde casa.
Pero la tecnología no es lo más importante, no lo son las páginas de Internet, no lo son las redes sociales, no lo son los funnels o embudos, no lo son las campañas pagadas, no lo es nada que se asocie con la palabra tecnología, por más atractiva que ésta sea para un gran número de personas.
Porque lo más importante que debes considerar, si tienes o aspiras a iniciar un emprendimiento o negocio, se reduce a tres sencillos elementos que le darán sentido a tu idea de lo que quieres lograr.
Primero, debes enfocarte en tener claridad respecto de “algo para ayudar”, con esto me refiero a tener una solución para resolver algún reto, problema o dolor, que gracias a tu expertise, sistema o infraestructura, eres capaz de solucionar.
Segundo, debes tener claridad respecto de “a quién deseas ayudar” y en este sentido se cometen muchos más errores de los que sería hasta cierto punto normal cometer.
Esto sucede porque muchos dueños de negocios o emprendedores están enamorados de su producto o servicio y no han aceptado, que, aun cuando le pueda servir a un gran número de personas, a nivel comunicación o marketing no es lo mejor intentar “ser todo, para todos”.
Tercero, también es importante clarificar el “para qué” ayudarás a tus futuros clientes a lograr lo que desean a través de tu expertise, productos o infraestructura. Lo anterior debido a que, con mucha frecuencia, las personas llegamos a confundir el medio con el fin, el vehículo con el destino, o dicho de otro modo, el verdadero objetivo, con los medios que nos permitirán obtenerlo.
Por todo lo anterior, no importa que todo lo asociado a la tecnología esté en su lugar. Si estos tres elementos no existen o no tienen relevancia para tus posibles clientes, nada de lo que intentes funcionará, puesto que no es la tecnología por sí sola la que garantiza la viabilidad de un negocio o emprendimiento.
Honestamente, es difícil pensar en un solo factor que lo haga, sin embargo, sí es posible afirmar que, si no consideras estos 3 importantes puntos, será mucho más difícil para ti que tu negocio o emprendimiento sobreviva.
Envíame tus preguntas a Yo@SoyunPapaEmprendedor.com, me encantará leerte.