La perturbación que hemos estado siguiendo en el sudoeste del Caribe – ahora denominada Invest 93L por el Centro de Huracanes – tiene con ella una pequeña área de baja presión centrada a lo largo de la costa este de Nicaragua.
Dada su proximidad a tierra, el Centro Nacional de Huracanes ha reducido sus probabilidades de desarrollo en los próximos cinco días del 40 por ciento al 30 por ciento a medida que se desplaza lentamente hacia el oeste o el noroeste a lo largo de las costas de Nicaragua y Honduras.
Aunque no se necesitaría mucho para que se forme una depresión tropical, las condiciones en los próximos días son marginales en el mejor de los casos para una organización continua, suponiendo que 93L permanezca lo suficiente sobre el agua.
El vuelo de Hurricane Hunters programado para el miércoles por la tarde fue cancelado debido a la organización limitada de 93L, pero pueden volar el sistema el jueves si las tendencias de desarrollo lo justifican.
A medida que avanzamos hacia el fin de semana y la perturbación avanza hacia el noroeste hacia la Península de Yucatán y el sur del Golfo, la cizalladura hostil del viento puede disminuir para alguna organización adicional si la baja presión no se agota primero por la interacción con la tierra.
Independientemente del desarrollo, la fuerte cresta de alta presión que hornea la mitad oriental de los Estados Unidos solo se expandirá hacia el oeste, frustrando cualquier intento de 93L de avanzar hacia el norte este fin de semana y principios de la próxima semana, manteniéndolo en un curso hacia el oeste a través del extremo sur del Golfo.
Este no es una preocupación para Florida o los Estados Unidos. En Centroamérica y el sur de México, las fuertes lluvias y las posibles inundaciones serán las principales amenazas durante la próxima semana.
De lo contrario, al otro lado del Atlántico, seguimos viendo un clima bastante benigno.
Estamos viendo algunos robustos disturbios salir de África, pero todavía es demasiado temprano en la temporada para esperar mucho de estos. Mientras tanto, la Capa de Aire Saharaui está flexionando sus músculos y plagando el Atlántico tropical con condiciones extremadamente secas y polvorientas.