México busca el liderazgo en América Latina y da la espalda a la OEA – Los Angeles Times

Tras dos años desinteresado por la política exterior, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, apuesta ahora por asumir el liderazgo regional de América Latina mientras da la espalda a la Organización de Estados Americanos (OEA), desprestigiada por la gestión de Luis Almagro.

La puesta de largo de interés por la política exterior tuvo lugar la semana pasada durante la reunión de cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), cuya presidencia temporal ostenta México, donde emitió un contundente discurso a favor de la unidad de América Latina y propuso relegar la OEA.

MÁS COOPERACIÓN Y MENOS POLÍTICA

“El papel que hemos desempeñado ya se puede ver como un liderazgo de México en América Latina”, aseguró Efraín Guadarrama, director general de Organismos y Mecanismos Regionales Americanos de la Cancillería mexicana.

El alto funcionario se refirió a la gestión de México al frente de la Celac, un organismo regional que venía de capa a caída por las diferencias entre países y que el Gobierno mexicano rescató en 2020.

El antídoto fue despolitizar el organismo y cooperar en temas de interés común, como la búsqueda de vacunas contra la covid-19 para la región, una iniciativa abanderada por México y Argentina.

Pero también otros ámbitos, como la construcción en proceso de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE).

“La estrategia fue sustentar la integración latinoamericana en la cooperación y no en posiciones políticas”, expresó Guadarrama, quien cree que la reunión evidenció que la Celac “ya está viva”.

Como prueba, en la cumbre compartieron mesa personajes poco cercanos como la vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez, y el canciller venezolano, Jorge Arreaza.

A diferencia de lo que ocurría antes, no hubo enfrentamientos en la reunión y eso “es resultado de la diplomacia mexicana”, defendió.

EL ‘MOMENTUM’ DE LÓPEZ OBRADOR

El discurso de López Obrador sorprendió porque en sus dos años y medio de mandato había relegado de su agenda la política exterior y solo salió del país en 2020 para reunirse con Trump, con quien tejió cierta afinidad personal.

“Es importante porque por primera vez se ve una diplomacia presidencial proactiva”, subrayó la internacionalista del Colegio de México Guadalupe González.

El ‘momentum” escogido por el presidente no es casual. La analista opinó que López Obrador tiene “mucho olfato político” y apuesta ahora por la política exterior ante una segunda parte de su mandato que se prevé “muy emproblemada” a nivel interno.

También ha sabido leer el contexto. En la Casa Blanca, Biden tiene un discurso menos agresivo que su antecesor, mientras la izquierda ha avanzado en la región y se ha impuesto en Argentina, Bolivia y Perú.

Además, la derecha no pasa el mejor de sus momentos, con las protestas en Colombia o el posible regreso de Lula en Brasil, donde Jair Bolsonaro está tan en las antípodas de López Obrador que se salió de la Celac.

Ahora bien, López Obrador no dejó a un lado el pragmatismo con el que ha manejado la relación con su vecino del norte. Con una mano arremete contra el embargo de Cuba y con la otra alaba la cooperación comercial en Norteamérica.

“Es interesante porque dijo que México está alineado con Estados Unidos contra China en esta nueva guerra fría comercial. Le manda un mensaje de ‘estoy contigo’. Es un discurso de equilibrios”, señaló González.

Así lo ratificó Guadarrama: “La relación de México con Estados Unidos es de cooperación y de respeto”.

¿UNA ‘UNIÓN EUROPEA LATINOAMERICANA’?

Detrás del fortalecimiento de la Celac hay una nada sutil voluntad de erosionar la OEA de Almagro, con quien México ha tenido varios encontronazos desde que aceptó el asilo de Evo Morales en 2019.

El mismo López Obrador propuso “construir algo semejante a la Unión Europea” y planteó la “sustitución de la OEA por un organismo verdaderamente autónomo”.

Más beligerante, Guadarrama definió la OEA como “una organización completamente inoperante”, cuyo secretario general “se enfoca en temas que generan conflicto” en lugar de cooperación.

“La Celac está llenando este vacío”, declaró.

Es un cambio sustancial respecto a la política histórica de México, muchas veces criticado por la izquierda latinoamericana por su cercanía política con Estados Unidos.

Para Henio Hoyos, internacionalista de la Universidad de Monterrey (Udem), la postura de López Obrador suena a “nacionalismo latinoamericano old fashion”.

“La idea de la unidad latinoamericana es extremadamente vieja, tan vieja como las independencias, y repetidamente infructuosa”, explicó.

No le cabe duda de que la OEA “ha perdido mucha legitimidad”, pero por ahora la Celac “no tiene una estructura sólida” como organización internacional.

La prueba de fuego tendrá lugar en septiembre en México con una reunión presencial de jefes de Estado de la Celac. Será el momento de constatar si la propuesta de López Obrador levanta pasiones o queda en el recuerdo.