Los hermanos Garzón ahora apuestan por la ‘farándula’; lanzan su propio programa digital – El Universo

Andrés Garzón y Héctor Garzón no solo comparten la misma sangre, sino también el amor por las artes escénicas; un oficio que los ha llevado a estar en el mismo escenario en más de una ocasión y que les ha obsequiado un lugar en el corazón de los ecuatorianos.

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‘Los hermanos Garzón’, apodo adoptado por su público para referirse a ellos, suman más de 30 años de trayectoria artística cada uno, y luego de todo este tiempo han decidido coincidir nuevamente en un mismo proyecto. Los actores se despiden por un tiempo de la televisión para sumarse a la ‘onda’ digital, de la que hace unos meses son parte. En esta ocasión estrenan su propio programa de entrevistas en el que participan como conductores. Se trata de Garzhow que se transmite en vivo todos los sábados a las 20:00, por el canal de YouTube de Telepremier.

“Comparto pantalla con mi hermano tratando de hacer un acercamiento más coloquial, muchísimo más humano con los entrevistados, alejándonos un poco de la farándula, queriendo un poco conversar acerca de lo que ellos están haciendo”, describe Andrés Garzón en diálogo con este Diario.

Hasta el momento han emitido tres episodios, en el que han tenido como invitados a figuras de la pantalla como la actriz Tábata Gálvez, el músico y locutor Diego Spotorno y el actor Carlos Scavone. En un aproximado de 50 minutos comparten una conversación amena con el invitado, quien sumergido en un ambiente de complicidad habla de anécdotas personales, familiares o laborales. La invitada para este sábado será la actriz Pamela Palacios.

Héctor Garzón sostiene que lo que buscan es abordar a un invitado con humor pero sin amarillismo. “Es un programa de entrevistas con humor, tratamos de salir de ese ámbito de la farándula negativa que está buscando el vericueto, o generar contenido a partir de un amarillismo. Yo mismo soy comunicador social y me molesta mucho que no se hable de lo que están haciendo los artistas, sino que más bien se busque el punto en el puedas discutir o pelear con otro, cuando podemos ser propositivos”, manifiesta.

“El país necesita gente emprendedora y los artistas también somos emprendedores desde nuestra experticia”, añade el artista.

En la actualidad siguen trabajando por individual en algunos proyectos personales. Andrés Garzón es parte de Pop Up Zumar, desde el cual está por estrenar funciones con la comunidad de Mucho Lote 1. A la par, continúa con sus talleres de actuación en Black Box Producciones.

Mientras que Héctor Garzón es parte de otros proyectos digitales, y continúa gestando iniciativas sociales en favor a la comunidad de artistas. “Hemos tocado mucho puertas sin mucho éxitos. Tenemos compañeros que se encuentran en indefensión, que no tienen seguro social, o que tienen enfermedades catastróficas. Todo ese tipo de cosas estamos tratando de pensar cómo podemos ayudar”, indica el actor, que integra algunos grupos de nivel social político.

“Estamos viendo de qué manera podemos aplicar de mejor forma la Ley de Cultura, esta es una lucha que tenemos desde hace algún tiempo”, sostiene.

Toda una vida entregada al teatro

Estos hermanos son recordados especialmente por su actuación en la legendaria serie televisiva de Mis adorables entenados, en el que dieron vida a Pablo Vera (Andrés Garzón) y Rosendo Vera (Héctor Garzón). Sus primeros pasos en el teatro lo dieron en el 84, cuando fueron parte del desaparecido Teatro Candilejas. Luego tuvieron la oportunidad de hacer cursos con Oswaldo Segura y Tati Interllige, quienes eran parte del grupo de teatro El Juglar.  Esta última experiencia modificó el destino profesional de Héctor, quien en ese tiempo estudiaba medicina. “Aprender con ellos me revolucionó hasta el piso, que decidí dejar la medicina y dejar de pensar en curar cuerpos para curar las almas”, expresa el mayor de los dos hermanos.

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Sin embargo, esta pasión se despertó mucho antes, cuando apenas eran niños. “De muy chico con mi hermano Andrés hacíamos algunas cosas, teníamos afición por el cine pensando en la forma de poder transmitirlo, hacerlo. Eran juegos, pero ya se había empezado esa inquietud. Luego en el colegio (estudió en el Guillermo Rohde Arosemena) a través de la presentación de las estampas quiteñas de Evaristo”

“Mamá decía ‘crié artistas’ ella nos compró los discos de Evaristo, que eran discos de chistes, de cachos. También nos compraba las estampas de Evaristo, que con mi hermano Andrés las recitábamos de memoria”, añade. (I)