(CNN) — Los arrestos por inmigración en Estados Unidos se han desplomado bajo la presidencia de Joe Biden en comparación con su predecesor, quien amplió el concepto de quiénes eran elegibles para ser detenidos, según datos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) publicados el viernes.
Bajo la administración de Biden, el Departamento de Seguridad Nacional implementó una serie de cambios de políticas que marcaron una desviación de las agresivas medidas de la administración de Trump. Eso incluyó modificar las guías para centrar los arrestos en los riesgos de seguridad nacional, seguridad pública y seguridad fronteriza.
Las Operaciones de Ejecución y Deportación de ICE realizaron más de 74.000 arrestos administrativos —por violaciones de inmigración— en el año fiscal 2021, según datos de la agencia, una cifra menor que durante la administración de Trump cuando los arrestos administrativos anuales superaron los 100.000. ICE, bajo la administración anterior, había dado a los agentes más libertad para realizar arrestos.
Altos funcionarios de ICE enfatizaron el viernes el impacto de la pandemia en las operaciones, señalando la dificultad de comparar los datos con años anteriores.
“No puedo dejar de enfatizar el impacto que ha tenido el covid en la agencia, realmente el último año y medio, pero ciertamente [durante] este año fiscal”, dijo un alto funcionario, señalando los cierres y el hecho de que otros países se negaron a aceptar casos de deportación.
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Los datos del año fiscal 2021 abarcan los últimos meses de la administración de Trump y el comienzo de la era Biden.
Del total de arrestos realizados, 45.755 ocurrieron después de que ICE modificó su guía en febrero pasado bajo la administración de Biden, según muestran datos recientemente publicados. Casi la mitad de esos arrestos fueron de criminales convictos, mientras que el 55% de los arrestados fueron clasificados como “amenazas a la seguridad fronteriza”, que incluye a personas detenidas por la Patrulla Fronteriza de EE.UU.
El regreso a un sistema de prioridad para los arrestos fue uno de varios cambios de política instituidos bajo el gobierno de Biden. Durante el último año, ICE también canceló contratos con dos centros de detención, detuvo la detención a largo plazo de familias, descontinuó las redadas migratorias masivas en los lugares de trabajo y comenzó a avanzar hacia alternativas a la detención, como los brazaletes electrónicos en el tobillo.
Un alto funcionario de ICE dijo a los periodistas el viernes que “el enfoque centrado produjo un éxito medible”, que incluye, por ejemplo, una duplicación de los arrestos por delitos graves con agravantes durante el año anterior.
Las deportaciones también se redujeron drásticamente en el primer año de la administración Biden. ICE deportó alrededor de 59.000 el año pasado, frente a los 185.884 del año anterior.
Supervisando los cambios estructurales está el director interino de ICE, Tae Johnson, quien se mantuvo al frente de la agencia durante el largo proceso de confirmación de Ed Gonzalez como director de ICE.
Esta semana, la confirmación de Gonzalez tuvo un inconveniente después de que los demócratas del Senado retiraran un voto para avanzar en su nominación cuando surgió una supuesta queja interna. La Casa Blanca ha dicho que aún respalda a Gonzalez, quien calificó de falsas las acusaciones en la denuncia.
Si bien los defensores de los inmigrantes y los legisladores demócratas han recibido con agrado los cambios en ICE, han criticado el uso continuo de la detención privada y el acceso a las vacunas contra el covid-19 para quienes están detenidos.
A principios de este mes, la Unión Estadounidense de Libertades Civiles también presentó una demanda colectiva a nivel nacional contra ICE, alegando que la agencia federal no proporcionó vacunas de refuerzo contra el covid-19 a los detenidos médicamente vulnerables.