Las crisis convierten a Latinoamérica en huésped inesperado para Joe Biden – El Tiempo Latino

Momento del funeral del expresidente de Haití, Jovenel Moïse. Su reciente asesinato podría aumentar los problemas migratorios de EEUU, y representa uno de los muchos dolores de cabeza para Joe Biden provenientes de América Latina. Foto: EFE.

Michael Stott

Al igual que el fantasma de Banquo en Mcbeth, América Latina se ha presentado inoportunamente, sin ser invitada ante la administración de Joe Biden. 

Las crisis de este mes en Cuba y Haití, los presidentes populistas impredecibles, la destrucción ambiental y la crisis migratoria en América Central compiten por la atención del presidente de EEUU, quien preferiría gastar su capital político en casa.

“Estos son dolores de cabeza que Biden no anticipaba y con los cuales no se siente cómodo”, comentó Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, un grupo de expertos en Washington.  “Las presiones de la política doméstica son cada día más primordiales”.

188.820 migrantes, un máximo histórico, llegaron a la frontera sur de EEUU el mes pasado, la mayoría mexicanos y centroamericanos.  Los crecientes números son doblemente incómodos para Biden ya que lo exponen a los ataques Republicanos por su debilidad, y a la vez aumentan la presión desde el ala izquierda Demócrata para que implemente un enfoque migratorio más humanista.

Los problemas en Haití luego del asesinato de su presidente y el más serio alzamiento político de las últimas décadas en Cuba han aumentado la posibilidad de que el rápido deterioro de la situación en ambas naciones caribeñas podría causar una nueva ola migratoria.

“El principal tema [regional] con el cual están lidiando es la migración desde Centroamérica y potencialmente también Cuba y Haití” dijo Shannon O’Neil en el Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York.  “Esto no es simplemente política de EEUU hacia Latinoamérica, sino que afecta directamente la agenda doméstica.

Risa Grais-Targow de la consultora Eurasia dijo que Biden tenía a América Latina en “un nivel bastante bajo de su lista” de prioridades en política externa cuando asumió la presidencia, pero el aumento de la migración la empujó hacia arriba en la lista.  “Haití y Cuba llegan como retos adicionales que le obligan a poner atención a una región a la cual el preferiría no tener que prestarle ninguna atención”.

Los retos formidables para EEUU en su área tradicional de influencia llegan en un momento en el cual está poco capacitado para enfrentarlos.  Desde los noventa, Latinoamérica ha perdido importancia en Washington.  El rescate de 20 millardos a México por parte de Bill Clinton en 1995 y su visión no lograda de un área de libre comercio para América Latina se vieron relegadas en cuanto a preocupaciones de política exterior por la guerra contra el terrorismo, Irán, Rusia y, más recientemente, China.

Entretanto, China ha incrementado significativamente su influencia en América Latina, convirtiéndose en el principal socio comercial de Brasil y Chile. Invirtiendo miles de millones de dólares en toda la región y fortaleciendo su músculo diplomático.

Seis meses después de la llegada de Biden al poder, varias posiciones claves para América Latina siguen sin ser confirmadas por el Senado, incluyendo el principal puesto del Departamento de Estado para las Américas y el embajador de EEUU en México.  Un embajador suplente para Brasil no ha sido elegido.  Aun siendo el anfitrión, Washington todavía no ha fijado fecha para la Cumbre de las Américas este año.

América Latina no ha ayudado a su propia causa.  Sus dos principales países están gobernados por populistas idiosincráticos, Jair Bolsonaro en Brasil y Andrés Manuel López Obrador en México.  Ambos trabajaron bien con Donald Trump y no han mostrado entusiasmo hacia la agenda de Biden.  Un alto crecimiento en la deforestación bajo Bolsonaro no se ha visto criticado por Washington hasta ahora, a pesar del énfasis de Biden en la lucha contra el cambio climático.

“La administración parece querer evitar conflicto con Brasil por ahora”, dijo Mónica de Bolle en el Instituto Peterson de Economía Internacional en Washington.  “Sin embargo, el conflicto surgirá eventualmente en el plano medioambiental”.

A diferencia de África o el Medio Oriente, América Latina no tiene propiamente un cuerpo regional unido. Esta ha sido una debilidad particular durante la pandemia del coronavirus, la cual ha dejado un impacto combinado mucho peor en latinoamérica que en cualquier otra región.

Luego de un arranque lento, la administración Biden ha comenzado a enviar grandes cargamentos de vacunas estadounidenses a América Latina, ofreciéndolas como contrapeso a China.

“La diplomacia de las vacunas ha sido ciertamente un factor importante de empuje para lograr un mayor involucramiento de EEUU” dijo de Bolle.  “La administración Biden no está ignorando a América Latina totalmente, lo cual es ciertamente una mejora sobre anteriores administraciones tanto Demócratas como Republicanas… Pero mucho más podría lograrse en el frente de la salud pública”.

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