La soga de Lenin podría amansar el dominio de la Alta Tecnología – El Tiempo Latino

Los nuevos innovadores en el espectro tecnológico, financiados por los actuales cuasi monopolios como Google y Apple podrían ser quienes logren impulsar la descentralización del sector en un futuro.

Nadia Eghbal, autora del libro sobre programas de código abierto “Trabajando en Público (Working in Públic)” propone que los codificadores están empezando a darse cuenta del poder que tienen en el mundo tecnológico. Foto: Linkedin Personal.

John Thornhill

Quienes están en pugna por restringir el poder de las empresas de alta tecnología (Big Tech), deberían considerar la teoría de la soga de Vladimir Lenin.  “Cuando llegue el momento de colgar a los capitalistas, ellos competirán unos con otros para venderte las sogas”, está supuesto a haber dicho Lenin (aunque hay poca evidencia para confirmar que alguna vez lo dijo).

Como han descubierto recientemente los reguladores, es difícil lidiar contra el dominio de las empresas de alta tecnología.  La semana pasada, una corte federal de EEUU desestimó dos casos emblemáticos contra Facebook, argumentando que la Comisión Federal de Comercio (FTC por sus siglas en inglés) no había presentado suficiente prueba de que la red social ejercía un “poder monopólico”.

Pero si existe la idea de que, al darle vida a futuros competidores con nuevas herramientas y tecnologías, el Big Tech está distraídamente vendiendo la soga con la cual serán ahorcados en un futuro.  En el mundo actual, la próxima generación tecnológica normalmente corrige los errores creados por la anterior.  Innovadores inteligentes inventan nuevas maneras de hacer cosas que hacen obsoletas a las previas.  Hay alguien a quien todavía le importe el dominio del VHS en el mercado de videocasetes?

Por un lado, es correcto preocuparse y luchar contra la concentración de poder económico corporativo.  Las empresas dominantes de tecnología disfrutan de efectos de interconexión masivos, conocimientos del usuario únicos debido a los datos que obtienen, y torrentes de ingresos que pueden gastarse en los empleados más listos, en las computadoras más poderosas y en comprar cuando quieran a cualquier advenedizo que amenace su negocio.

Pero por el otro lado, estas mismas empresas de plataformas como Amazon, Google, Facebook, Apple y Microsoft están haciendo más fácil y barato el lanzar y crecer nuevos negocios digitales que podrían en el futuro estimular la próxima ola de destrucción creativa.  La tecnología está concentrando y democratizando simultáneamente el poder económico.

Consideremos la trayectoria de Bret Taylor, un emprendedor en serie que es hoy día el director ejecutivo de operaciones de Salesforce. Cuando Taylor lanzó su primera empresa de redes sociales FriendFeed en 2007, construyó su propio servidor porque era lo menos costoso.  Cuando en el 2012 fundó su segunda empresa, una diseñadora de programas de productividad llamada Quip, estructuró todo en la nube, bajo el amparo de Amazon Web Services (Servicios de Red Amazon), lo cual fomentó un proceso más rápido a menor costo.  “Es más fácil que nunca lanzar un negocio digital.  El próximo Silicon Valley es la nube”, me dijo.

La historia es similar en el mercado de programas.  Hasta hace muy poco, las empresas más grandes y con los codificadores mejor pagados producían los programas más sofisticados.  Pero la programación vía fuente abierta, disponible libremente en la plataforma de GitHub – ahora propiedad de Microsoft – y los programas “sin codificación / baja codificación” que son tan fáciles de usar, le permiten ahora a toda empresa ser una empresa tecnológica.

Cualquiera que tenga conexión a internet puede hoy día acceder a las bibliotecas de programas para crear sus propios servicios, cómo si estuvieran armando bloques de Lego, dice Nadia Eghbal, autora de “Working in Public (Trabajando en Público)”, un libro sobre programas de código libre.  “Muchas veces rivalizamos las plataformas y los diseñadores.  Pero tienen una relación simbiótica.  Los programadores se están dando cuenta de que tienen mucho poder”, dice Eghbal.

Las empresas de tecnología también ofrecen a sus clientes servicios poderosos de aprendizaje artificial como el TensorFlow de Google o PyTorch de Facebook.  Microsoft anunció esta semana el lanzamiento de su nueva herramienta de IA llamada GitHub Copilot para ayudar a los programadores a desarrollar sus propios servicios impulsados por IA, como pueden ser interlocutores electrónicos, los cuales se están volviendo cada vez más omnipresentes.

Y sin embargo la narrativa contraria sobre la descentralización de la tecnología tiene su límite, dice Richard Kramer, fundador de Arete, una firma de investigación independiente.  Jóvenes en cualquier lugar pueden lanzar nuevos negocios utilizando las novedosas herramientas de tecnología, pero de todas formas van a depender de la infraestructura anticompetitiva dominada por el Big Tech, como son las tiendas de aplicaciones de Apple y Google.  “Esta historia sobre la democratización de la tecnología es muy seductora hasta que preguntas quienes son los dueños de las herramientas y las plataformas que todos usan”, comenta.

Eso quiere decir que de todas formas necesitamos desesperadamente que los reguladores supervisen al Big Tech a través de la aplicación robusta de las reglas antimonopólicas y de adaptar la legislación a la era digital.  Pero tomará tiempo, recursos y determinación política debilitar el control de los que están en el poder.  Entretanto, deberíamos hacer todo lo posible para fomentar a los insurgentes y promover la competencia entre empresas de tecnología en el mercado de sogas.

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