La nueva coalición alemana: poder y tecnología – hoydia.com.ar

Socialdemócratas, verdes y liberales han acordado un Gobierno de coalición en Alemania, con Olaf Scholz como canciller. También con el Partido Verde a la cabeza del ministerio de Exteriores, y el SPD liderando el ministerio de Defensa, lo que podría plantear importantes giros en su política exterior.

Este inédito acuerdo plantea muchas preguntas y oportunidades. En él hay un aspecto que no debe dejarse de lado: la política tecnológica y digital, no desde una perspectiva puramente económica, sino también desde la seguridad y el posicionamiento geopolítico de Alemania como actor global. La tecnología debe ser eje vertebral de la autonomía estratégica europea, de un multilateralismo adaptado, y de la política exterior alemana. Tener el ojo puesto en este tema es de interés para la Unión Europea y para las coaliciones que se están creando sobre gobernanza democrática de las tecnologías.

Alemania, que es un país que destaca hacia fuera por su política industrial y exportadora y una fuerte influencia política en la UE, padece de un nivel limitado de digitalización hacia dentro, en la economía interna del paí: es el 11º país de 27 Estados miembros de la UE en la media de capital humano con habilidades digitales, conectividad, integración de tecnologías digitales en empresas y servicios, y servicios públicos digitales.

Lo que este acuerdo de coalición ha propuesto va más allá de la digitalización de activos: busca otra mirada, más vinculada a su proyección exterior y liderazgo, la de crear una política exterior tecnológica, algo que sería nuevo en el país y que le permitiría alinearse y sumarse a la liga de los pocos países que ya han empezado a hacerlo. Algunos de estos son Dinamarca con su Embajadora Tecnológica; EEUU con la recién anunciada estructura del Departamento de Estado para defender sus intereses en asuntos tecnológicos; o las reuniones de alto nivel de Emmanuel Macron con las “Big Tech”.

Siguiendo el tradicional tono pragmático, la alianza tripartita reconoce que Alemania se está quedando atrás en la carrera y debe trabajar por desarrollar un liderazgo tecnológico. Lo enmarca como una “transformación fundacional” para convertirse en un poder tecnológico tanto a nivel global como europeo. Es por ello que se compromete a articular una política exterior tecnológica activa con tres niveles de trabajo.

En el nivel multilateral, promover una gobernanza global de Internet libre y abierta en las negociaciones de Naciones Unidas. En el nivel europeo se buscan dos vías: no solo fomentar una política europea tecnológica más fuerte y consistente, sino que los Estados miembros también trabajen de forma más coordinada entre sí. El tercer nivel es el propiamente alemán: aspiran a fortalecer su liderazgo en estándares a través de varios organismos internacionales, que se están convirtiendo en un terreno de competición geopolítica cada vez mayor.

La propuesta alemana de geopolítica tecnológica abierta y democrática también se acompaña de tener una posición más sólida en los debates sobre responsabilidad de los Estados en el ciberespacio en Naciones Unidas, o lanzar mecanismos de control en el desarrollo de biotecnología, armas hipersónicas, espacio exterior, ciberseguridad e inteligencia artificial.

Desde que empezó la campaña electoral ante la inminente retirada de la canciller Angela Merkel, la palabra “digitalización” no dejó de estar presente. La política exterior tecnológica alemana se trata de una propuesta ambiciosa y disruptiva; la pregunta es saber si encaja con los objetivos de la UE. El documento de acuerdo de coalición define la soberanía estratégica de la UE como la “capacidad de actuar” en varias áreas claves (materias primas, energía, salud, y tecnología), pero no en defensa. Se aleja del discurso de Francia, cuando ésta incluía la defensa como eje del poder tecnológico europeo. Además, la propuesta alemana habla de soberanía, pero no explícitamente de una autonomía estratégica abierta.

En cualquier caso, el Acuerdo de Coalición se presenta como un proyecto explícitamente pro europeísta que el gobierno de Merkel, y articula una política sobre China más definida y delimitada en materia de asuntos económicos, derechos humanos y política interior. También en los mecanismos de control de exportaciones de tecnologías que pueden derivarse en uso dual para aplicaciones militares o de seguridad nacional.

La propuesta también habla de la importancia de un diálogo transatlántico con EEUU, sin embargo, no especifica el encaje en procesos actuales, como el Consejo de Comercio y Tecnología o la ciberdiplomacia europea.

Ante esta ambición de diplomacia tecnológica, un escenario plausible es que haya un incremento de la rivalidad con Francia. Por el momento, las iniciativas tecnológicas francoalemanas se habían hecho en un sentido de política industrial, pero hasta ahora nunca lo habían sido en política exterior.