DOHA, Qatar — Hace ocho años, Jurgen Klinsmann dijo que era imposible que la selección masculina de Estados Unidos ganara la Copa del Mundo de 2014 en Brasil. Me lo expresó en una extensa entrevista para The New York Times Magazine unos meses antes del torneo, y luego lo repitió en una conferencia de prensa en Sao Paulo justo antes del partido inaugural de USMNT. Klinsmann sintió que era importante ser franco, pero muchos fanáticos estadounidenses, y algunos de los propios jugadores de Klinsmann, estaban preocupados por lo que parecía una actitud derrotista.
El sábado, en una entrevista exclusiva con ESPN antes de que su equipo de EE. UU. debute en la Copa del Mundo 2022, el DT Gregg Berhalter consideró la misma pregunta. Hizo una pausa, solo por un momento, luego sonrió.
“Lo que sí creo”, dijo, “es que en nuestro mejor día podemos vencer a cualquiera en el mundo. Cualquiera”.
Esa es la mentalidad que Berhalter ha inculcado en su joven equipo, empujándolos a adoptar la idea de que la única forma en que harán historia es si creen que pueden hacerlo. Para ayudar a promover esa forma de pensar, Berhalter organizó recientemente una reunión de equipo en la que Eric Thomas, un popular orador motivacional con una notable historia personal, habló con los jugadores sobre el increíble poder de la fe.
Y aunque Berhalter, un aficionado del calzado, dijo que aún no ha elegido qué zapatos (tenis) usará para el primer partido de USMNT contra Gales, no dudó cuando le preguntaron cuántos pares se había llevado a Qatar: siete, uno por cada juego posible hasta la final.
“Mira, es un gran honor jugar en la Copa del Mundo, pero no queremos ser solo participantes”, sostuvo Berhalter.
Para ser claros: Berhalter no predice que EE. UU. será campeón. Simplemente se está enfocando en la noción de que el éxito rara vez llega sin convicción. Eso fue algo que Berhalter aprendió primero como jugador internacional y ahora trabaja para inculcarlo como entrenador.
Después de todo, este es, por cierto, el escenario más grande en el que Berhalter ha estado como entrenador. Asumió el cargo hace cuatro años, encargado de restaurar la respetabilidad de EE. UU. después del desastroso fracaso del ciclo de clasificación de 2018. Como mínimo, lo ha hecho, supervisando una renovación generacional del equipo de EE. UU. que incluyó el reclutamiento de estrellas con doble nacionalidad como Yunus Musah y Timothy Weah, y la elevación de prodigios talentosos como Christian Pulisic, Gio Reyna, Weston McKennie, Tyler Adams y Brenden Aaronson.
Sin embargo, Berhalter quiere más. Su preparación para estos próximos tres partidos aumentó en intensidad durante la semana pasada, ya que él y su cuerpo técnico se presionaron mutuamente para tratar de considerar todos los escenarios potenciales que podrían encontrar durante uno de los partidos de la fase de grupos.
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En una entrevista exclusiva con ESPNDeportes.com, Donovan cuenta lo que espera de este torneo, los problemas que enfrentan los equipos y quienes podrán salir adelante a pesar de los inconvenientes.
Si eso suena exhaustivo, es porque lo es; Berhalter es conocido por su inclinación hacia los datos y el análisis, y está decidido a prepararse para cualquier dirección que tome un juego.
¿Qué hará EE. UU. abajo un gol? ¿Dos abajo? ¿Hasta un hombre? ¿Abajo un hombre? ¿Cómo lo manejarán si uno de sus jugadores se lesiona? ¿Qué pasa si la estrella opuesta baja temprano? Berhalter quiere tener un plan para todos ellos. ¿El escenario que más le preocupa? El que no ha pensado antes de tiempo.
“Tenemos tiempo ahora, hemos tenido tiempo durante los últimos dos meses”, dijo. “Cuando estás en el campo y al margen y la multitud es ruidosa y hay momentos de presión, si no estás preparado, creo que perjudica la toma de decisiones”.
Berhalter sabe que habrá desafíos. Faltan jugadores titulares por lesión. Hay temperaturas extremas y tiempos de inicio muy tardíos y tres oponentes del Grupo B (Inglaterra, Gales, Irán) con un pedigrí y experiencia significativos. No hay empujones, ni partidos en los que EE. UU. sea un gran favorito.
Pero también hay determinación. Habrá miles de aficionados estadounidenses apoyando al equipo en Qatar. Habrá millones más mirando y esperando en los Estados Unidos. Habrá esa mezcla juvenil de precocidad y coraje que, sí, a veces puede conducir a actuaciones ingenuas, pero que también puede transformarse en magia.
El trabajo de Berhalter es liderar. Para inspirar. Poner a sus jugadores en una posición en la que puedan encontrar lo mejor de sí mismos cuando más importa. El viaje comienza el lunes. Y a diferencia de su predecesor, Berhalter aún no sabe dónde terminará.
“Creemos que el primer paso es salir del grupo”, dijo. “Y el segundo paso es, en los juegos eliminatorios, jugar nuestro mejor juego posible y ver hasta dónde podemos llegar”.