
Ni nuevo, ni extraordinario, ni fenómeno. La farándula nunca estuvo fuera o distante de la política, solo que ahora con mayor militancia.
Falta saber si esa mayor militancia fue de la farándula a la política o viceversa. En los mítines, cantantes hacen de teloneros de candidatos.
Asimismo, y no por reciprocidad, los primeros figuran en la boleta de los segundos con un desempeño difícil de calificar, pero que seduce.
Las paradas en la Plaza de la Bandera fueron exitosas y no solo por la mucha gente que se aglomeró, sino por la calidad artística.
En las urnas serían poco, se supone, pero en una tarima, todo.
La situación tiene sus riesgos, y aunque por ahora se celebra, más adelante podría resentirse. Una competencia a rumba abierta en la que sobresale más el farandulero que el político.
Duquesa, entre muchas cosas, es tema político y los políticos libraron a sus anchas. Sin embargo, los medios dieron más espacio a la protesta de la farándula.
Y razón de sobra.
Aunque sea incómodo admitir, la opinión del farandulero crea más sensación que la del político, independiente de humareda y alergia.
Suelta la muleta y el bastón…