Primera modificación:
La familia del afroamericano Jacob Blake, herido de gravedad el 23 de agosto por un policía en Kenosha, Wisconsin, encabezó este sábado una manifestación para reclamar justicia en este caso y otros de abuso policial con tintes raciales.
“Siete balas, siete días”, ese fue el grito con el que cientos de personas marcharon este sábado en Kenosha, Wisconsin, en alusión al número de disparos que el afroamericano Jacob Blake recibió por la espalda el 23 de agosto por parte de un policía.
Las voces de indignación en Estados Unidos se levantan una vez más solo tres meses después de la muerte de George Floyd a manos de otro uniformado en Minneapolis.
Los organizadores también realizaron un mitin frente al Palacio de Justicia del condado de Kenosha, con discursos de familiares de Blake, el vicegobernador de Wisconsin, Mandela Barnes; la representante estadounidense Gwen Moore y otros líderes comunitarios.
“Estamos desconsolados y enfurecidos, pero estamos firmes en nuestra demanda de justicia (…) No más reformas parciales y comités inútiles. No más soluciones de bandas sobre las heridas de bala. El momento del cambio transformador es ahora”, aseguró Tanya Mclean, una amiga de la familia que ayudó a organizar la manifestación y quien agregó que la agresión contra Blake no es un incidente aislado, sino que es parte de un “sistema brutal y racista”.
Desde que ocurrió el tiroteo contra Blake cientos de personas han marchado por las calles de Kenosha todas las noches. En algunas zonas las protestas han terminado en disturbios con daños contra edificios y vehículos y, el martes, dos personas murieron a manos de un civil armado.
La situación ha sido fuertemente condenada por el presidente Donald Trump, quien acusa a las autoridades locales de permitir las revueltas y amenazó con el envío de miembros de la Guardia Nacional para controlar la ciudad.
La advertencia se materializó el viernes, cuando el comandante de la Guardia Nacional informó que se habían desplegado más de 1.000 uniformados de esta fuerza de seguridad para ayudar a mantener la paz.
¿Qué se sabe de las investigaciones sobre el caso Blake?
De acuerdo con la información oficial, el 23 de agosto en la tarde el policía de Kenosha Rusten Sheskey y otros dos oficiales estaban respondiendo a una llamada de abuso doméstico, cuando Sheskey le disparó a Blake siete veces en la espalda.
El incidente fue grabado por un testigo en un video de teléfono celular. Según las imágenes registradas, Blake camina desde la acera de una calle hacia la parte delantera de una camioneta hasta llegar a la puerta del lado del conductor, mientras los oficiales lo siguen con sus armas en la mano y le gritan. Cuando Blake abre la puerta y se inclina hacia el interior del vehículo, un oficial lo toma de la parte de atrás de su camisa y le dispara a corta distancia. Tres de los hijos de Blake, de 3, 5 y 8 años de edad, estaban en el interior del auto.
A Wisconsin police officer yesterday shot Jacob Blake 7 times in the back. His 3 children were in the car, watching their father being shot.
This is America.
On August 28th, we will be marching against police brutality in Washington, DC, demanding justice. pic.twitter.com/ibrPD66Y1t
— Martin Luther King III (@OfficialMLK3) August 24, 2020
El transeúnte que grabó el video, Raysean White, de 22 años, dijo que escuchó a la policía gritarle a Blake: “¡Suelta el cuchillo! ¡Suelta el cuchillo!” antes de que empezaran los disparos, pero White también aseguró que no vio un cuchillo en las manos de Blake.
Ben Crump, abogado de la familia del afroamericano herido, ha afirmado que el hombre no hizo nada para provocar a los oficiales y exige el arresto de Sheskey y el despido de los otros dos agentes que lo acompañaban.
Sin embargo, el viernes el departamento de policía de Kenosha emitió su versión “real e indiscutible”, en la que señala que Blake iba armado con un cuchillo, “luchó con fuerza” contra los agentes cuando intentaron arrestarle e incluso hizo una llave a uno de los policías.
Los agentes intentaron, sin éxito, inmovilizarlo al dispararle dos veces con unas pistolas eléctricas y que dan descargas de hasta 50.000 voltios.
Blake supuestamente se resistió y acabó siendo disparado siete veces por la espalda mientras intentaba entrar en su vehículo. Un tío de Blake respondió que esta versión de la policía es una “basura” y resulta “insultante”, al mismo tiempo que rechaza que su sobrino estuviera armado.
Con Reuters y EFE