Estados Unidos: guía para entender las elecciones de medio término – FRANCE 24 Español

El 8 de noviembre, los estadounidenses celebrarán las ‘midterms’ para elegir la totalidad de la Cámara de Representantes y más de un tercio del Senado. El presidente Joe Biden llega debilitado y podría perder su estrecha mayoría tanto en la Cámara como en el Senado, obligándolo a una situación de cohabitación con un poder legislativo opositor. Están en juego la línea política del Congreso, la capacidad del mandatario para gobernar y las futuras dinámicas de la campaña presidencial de 2024.

El futuro del Congreso estadounidense se decidirá el próximo 8 de noviembre en los comicios de medio término. Estas elecciones permiten medir la temperatura del ambiente político en el país. Generalmente, desfavorecen al partido del presidente en el poder, ya que se sanciona el balance de sus dos primeros años de mandato.

Joe Biden, muy impopular a nivel nacional, logró recuperarse de su retraso en los sondeos este verano, pero a días de los comicios, se encuentra de nuevo bastante debilitado. Los temas que más importan a los estadounidenses, como la inflación, la inseguridad y la migración, favorecen tradicionalmente al partido republicano. Este último tiene oportunidades de ganar la mayoría en la Cámara Baja del poder legislativo e incluso en el Senado.

Los resultados revelarán si hay una coexistencia entre el presidente y el Congreso y qué equilibrios de poder se formarán.

También podrían influir en las futuras legislaciones sobre temas claves como el porte de armas, el aborto, la seguridad social, la migración o el medio ambiente.

Finalmente, servirán de termómetro tanto para el presidente Joe Biden como para el exmandatario Donald Trump respecto a las presidenciales de 2024, cuya campaña electoral empezará de forma progresiva tras las ‘midterms’. 

¿Qué son las elecciones de medio término?

El poder legislativo es el encargado de poner en marcha o frenar los proyectos que quieran desarrollar el presidente o los partidos. También ejerce un control político sobre el jefe de Estado y tiene el poder de investigarlo activamente. 

La Cámara de Representantes cuenta con 435 diputados, elegidos por dos años. Cada estado tiene un número diferente de representantes en función de su población. El Senado está compuesto por 100 senadores, elegidos por seis años. Cada uno de los 50 estados elige a dos senadores. Cada dos años, en las elecciones legislativa, se renuevan la integralidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. 

Estas elecciones se llaman ‘midterms’ porque llegan en mitad del mandato presidencial. Este año, los ciudadanos elegirán sus 435 diputados y renovarán 35 escaños del Senado.

Actualmente, Joe Biden beneficia de una mayoría en las dos cámaras. En la Cámara de Representantes, el partido demócrata tiene 220 escaños, contra los 212 para los republicanos. 

En el Senado, los demócratas ostentan 48 senadores frente a los 50 de los republicanos. Sin embargo, dos senadores independientes están aliados a los demócratas y la vicepresidenta Kamala Harris puede aportar un voto como presidenta de la Cámara Alta, lo que otorga a los demócratas una mayoría estrecha en el Senado.

La importancia de los gobernadores y fiscales

El 8 de noviembre, 36 de los 50 gobernadores de estado serán asimismo elegidos. Para muchos estadounidenses, esta elección es tan o más importante que la del Congreso. 

Los gobernadores tienen poder ejecutivo a nivel estatal sobre varios asuntos que no corresponden al gobierno federal, entre ellos, el presupuesto, el aborto o la regulación medioambiental.

A principios de noviembre también se designarán 35 fiscales federales, encargados de aplicar la ley a nivel estatal y asesorar al gobierno local. Además, se nombrarán 27 secretarios de Estado (responsables de los procesos electorales) y 28 tesoreros de Estado. 

Algunas ciudades como Oklahoma City, Charlotte o Washington DC también organizarán sus elecciones a la alcaldía. 

Y en paralelo, el 8 de noviembre se celebrarán referendos sobre la cuestión del aborto en cinco estados –California, Vermont, Michigan, Kentucky y Montana–, ya sea para proteger este derecho o restringirlo.

El Partido Demócrata, debilitado durante las ‘midterms’ 

Como es costumbre, las elecciones de medio término son una prueba difícil para el partido del presidente en funciones. Generalmente, después de dos años de liderazgo, la popularidad del mandatario tiende a bajar, y en unas legislativas que movilizan poco, los votos de los descontentos no suelen faltar.

Según ‘Reuters’, a 18 de octubre, el 54% de los estadounidenses desaprobaban al presidente, una tasa especialmente alta para un líder de la Casa Blanca.

Joe Biden logró subir en los sondeos este verano tras la decisión de la Corte Suprema de revocar el caso ‘Roe VS Wade’, que protegía a nivel federal el derecho al aborto, y tras los numerosos tiroteos masivos que tuvieron lugar, siendo temas que favorecen el partido demócrata. De hecho, Biden hizo campaña a favor del aborto, prometiendo que, en caso de victoria, protegería este derecho a nivel federal, intentando movilizar de nuevo a su electorado.

Sin embargo, ahora que se acerca la fecha de los comicios, los estadounidenses han puesto su atención sobre otras cuestiones. Ante todo, con una tasa de inflación récord desde 1982 y una pérdida del poder adquisitivo, lo que más preocupa es la situación económica. Y tradicionalmente, para la cuestiones económicas, la población estadounidense confía más en el partido republicano.

Además, Estados Unidos se enfrenta a una ola de violencia y a altas tasas de migración, inquietudes que también favorecen a este partido. Según un reciente sondeo publicado por ‘The New York Times’, los electores indecisos se están dirigiendo mayoritariamente hacia los republicanos. 

Y efectivamente, el partido republicano hace campaña sobre estos temas sensibles. En la página de su programa, ‘Comitment to America’ (Compromiso hacia Estados Unidos), se lee en primer plano “no se puede permitir otro mandato demócrata”, tomando como ejemplos “doce ciudades con tasas récord de asesinatos”; “60% de aumento del precio del gas”; o “3,5 millones de cruces ilegales desde Biden”.

Joe Biden, que ya tenía dificultades para lograr aprobar sus proyectos de ley en el Congreso, teniendo una pequeña mayoría y sufriendo la división de su partido, podría estar en una posición aún más crítica tras estos comicios.

¿Cuáles son los posibles escenarios?

Aunque se espera que el partido de Biden pierda escaños en el Congreso, estas elecciones siguen siendo imprevisibles.

Lo menos probable es que los demócratas conserven una mayoría en ambas cámaras. Desde 1860, 37 de las 40 elecciones de medio mandato se han saldado con la pérdida del partido del presidente en la Cámara de Representantes. 

“Es probable que los republicanos ganen la Cámara de Representantes y es posible que ganen el Senado, pero su victoria en la Cámara de Representantes es mucho más probable que en el Senado”, explica Marie-Christine Bonzom, excorresponsal de la ‘BBC’ en Washington.

Si los republicanos ganan ambas cámaras, tendrán mayor margen de maniobra para pasar sus proyectos de ley y bloquear los de Joe Biden. Si solo ganan la Cámara de Representantes, el equilibrio de poder será más marcado en las dos cámaras.

En ambos casos, el presidente tendrá que cohabitar con el partido republicano. Eso obligaría a los dos partidos a negociar y hacer concesiones. Sin embargo, el campo republicano podría también elegir bloquear toda la agenda de Joe Biden.

¿Qué podría cambiar si los republicanos logran la mayoría en el Congreso?

La línea política del Congreso se definirá por los resultados de estas ‘midterms’. El partido republicano publicó un corto programa político que gira entorno a la economía, la seguridad, las libertades y la rendición de cuentas.

Si gana el Congreso, se podría esperar que la seguridad, la limitación del derecho al aborto, de la migración o del acceso a la seguridad social estén en el centro de sus preocupaciones. También podrían impedir a Joe Biden proponer leyes sobre medioambiente, control de armas o los gastos del gobierno.

De manera general, en caso de larga victoria republicana, se espera la revancha del partido republicano sobre los demócratas. Varios miembros ya han prometido lanzar un proceso de destitución contra Joe Biden, investigar sobre la retirada de las tropas de Afganistán y su gestión del Covid-19, así como seguir la investigación de su hijo, Hunter Biden, acusado de evasión fiscal y blanqueo de dinero.

¿Peligra la democracia estadounidense?

Estas elecciones son el reflejo de la polarización extrema del sistema político estadounidense que decepciona a la población y pone en peligro a la democracia en el país. Gran parte de los estadounidenses no tiene interés en estos comicios. La tasa de participación generalmente alcanza niveles bajos, alrededor del 40%.

Según ‘The New York Times’, el 85% de la población estadounidense se siente insatisfecha con la dirección del país independientemente de su partido político. “La mayoría de los estadounidenses están cansados de estos dos partidos políticos, no quieren que ni Biden ni Trump estén otra vez en la Casa Blanca, quieren un cambio profundo”, indica Bonzom.

La campaña ha estado marcada por un debate muy pobre, en el cual el campo republicano enfocó casi todo su discurso en las críticas al mandato de Biden. Su ‘Compromiso hacia Estados Unidos’ por ahora solo reúne una página de propuestas.

El sistema político está centrado alrededor de dos partidos que no han dejado espacio para que otra voz pueda expresarse. Y tanto el campo republicano como el demócrata usan técnicas anti-democráticas para intentar mantenerse en el poder, cueste lo que cueste. 

Donald Trump no reconoció su derrota en las presidenciales de 2020 y ha sido acusado de haber participado en la orquestación del asalto al Capitolio del pasado 6 de enero de 2021.

De hecho, hay “reportes que arrojan que cerca de 300 candidatos republicanos siguen empujando la teoría de un falso fraude electoral”, explica Robert Valencia, analista político internacional. Pero el partido demócrata también ha quedado retratado por acciones que ponen en peligro a la democracia. 

En agosto, ‘The New York Times’ publicó un artículo denunciando enormes gastos por parte del partido de Biden para apoyar a candidatos pro-Trump frente a republicanos más moderados, con el fin de hacer ganar más fácilmente a sus candidatos demócratas en las elecciones de gobernadores en estados históricamente liberales.

Así, en Maryland, unos dos millones de dólares fueron usados en anuncios por la Asociación de Gobernadores Demócratas para impulsar la candidatura de Dan Cox, un pro-Trump, que efectivamente ganó las primarias. “Derrotar a los republicanos moderados no fortalecerá a la nación”, critica el periódico.

“Estos partidos, con sus maniobras cínicas, dan la impresión que saben que ya no pueden ganar solo con su mérito, sus ideas, propuestas o candidatos, necesitan maniobras que serían ilegales en otros países occidentales para mantenerse en el poder”, sentencia Marie-Christine Bonzom. 

Lo que se espera de estas elecciones es que los dos partidos trabajen juntos y escuchen los deseos de los estadounidenses, independientemente de su campo político. Estas elecciones pondrán el tono a la campaña presidencial de 2024, que empezará al día siguiente de las ‘midterms’ y que promete una ardua lucha política.

Con AFP y medios locales