Estados Unidos admite a los primeros solicitantes de asilo, al tiempo que aumenta la migración en la frontera – The Dallas Morning News

El Paso — Unas dos docenas de migrantes con la esperanza de recibir asilo y que habían permanecido meses varados en el lado mexicano de la frontera esperando ser procesados por las autoridades miratorias por fin recibieron permiso de pasar a en Estados Unidos el viernes.

Esos migrantes están entre las decenas de miles que la administración Trump había hecho esperar en México, casi siempre en alojamientos precarios y campamentos insalubres.

Y mientras muchos han estado esperando meses e incluso más de un año para solicitar asilo legalmente en Estados Unidos, autoridades fronterizas y defensores de los inmigrantes han notado que todas las formas de inmigración están creciendo una vez más, en gran parte debido a la crisis económica causada por la pandemia de coronavirus y los huracanes que azotaron Centroamérica el año pasado.

El cruce de los migrantes el viernes en el marco del programa Protocolos de Protección a Migrantes (PPM) marca el principio del fin de una política que fue criticada por la manera rigurosa en que puso a los migrantes en condiciones casi tan peligrosas como aquellas de las que huyen, dadas la criminalidad y acción de las pandillas a lo largo de la frontera.

Antes de que entrara en vigor esta iniciativa del expresidente Donald Trump, a muchos migrantes que buscan asilo se les permitía esperar en Estados Unidos a que las cortes atendieran sus peticiones.

El procesamiento de migrantes bajo el PPM empezó el jueves en Brownsville y una semana antes en San Ysidro, California, con asistencia de organismos de las Naciones Unidas.

Hasta el momento han sido procesados docenas de migrantes.

“Esta es nuestra oportunidad, a nombre de nuestro país… de reanudar este compromiso con el derecho de buscar asilo porque es el fin de la administración Trump”, dijo Marisa Limón, subdirectora de Hope Border Institute, una organización no lucrativa de El Paso, que formó Frontera Welcome Coalition con decenas de organizaciones no gubernamentales a favor de los migrantes.

Pero mientras unos pocos han estado cruzando a Estados Unidos bajo el PPM, hasta 25,000 migrantes bajo el mismo programa siguen esperando en México.

En los dos años desde que se implementó el PPM unos 71,000 migrantes fueron devueltos a México.

Ciudad Juárez es donde hay más migrantes obligados a esperar en lo que también se conoció como Permanecer en México.

De los casos pendientes, hasta 10,000 migrantes bajo el PPM cruzaron desde Juárez para pedir asilo, pero luego fueron devueltos a través de la frontera.

Ahora los migrantes podrían ver algún avance en sus pedidos, que además fueron frenados por la pandemia de coronavirus.

Pero tienen pocas probabilidades. Alrededor del 72% de los pedidos de asilo fueron rechazados en las cortes de inmigración en 2020, de acuerdo con TRAC, una organización de Syracuse University.

A otros migrantes —familias con niños— que han llegado al Sur de Texas en semanas recientes se les ha permitido cruzar a Estados Unidos.

Crece la migración

La administración Biden ha batallado para manejar las políticas heredadas de la administración Trump que imponían polémicas restricciones a la inmigración legal e ilegal.

Hasta el momento la nueva administración ha dejado intacta la política de salud pública conocida como Título 42, que permite la expulsión expedita de migrantes durante la pandemia.

Pero a pesar de Título 42 y otras disposiciones de Trump aún vigentes, organizaciones mexicanas, alcaldes estadounidenses y el gobierno de Biden temen que el número de migrantes que se dirigen al norte esté aumentando.

En 2019 la Patrulla Fronteriza capturó a la mayor cantidad de migrantes en más de una década, 550,000 familias y menores solos, además de alrededor de 300,000 adultos solos. (En el 2000, un año récord, fueron aprehendidos casi el doble de migrantes: 1.6 millones).

La pandemia ha golpeado a las economías de los países pobres mucho más que a la de Estados Unidos, y muchos migrantes dicen que por eso están migrando al norte.

Otros dicen que el cambio climático dio paso a poderosos huracanes en Honduras y Guatemala que eliminaron empleos y con ello provocaron un éxodo.

En el estado fronterizo de Tabasco, en México, están apareciendo más migrantes, dice Rubén Figueroa, defensor de los migrantes en Mesoamerican Migrant Movement.

Los promedios de ocupación mensual en los albergues están aumentando, así como el costo de contratar a un coyote.

“Las redes de contrabandistas de personas están haciendo su agosto”, dijo Figueroa.

Las rutas migratorias a lo largo de la Costa del Golfo hacia Rio Grande Valley en Texas y por Laredo están muy transitadas, dijo.

“La pandemia ha afectado a muchos en todo el mundo”.

Los coyotes han aumentado sus tarifas en unos $2,000 en dos años, de modo que ahora un migrante puede pagar hasta $8,000 ó $10,000 para llegar hasta el rio Grande, dijo Figueroa.

Ahora hasta hay “cárteles” de contrabandistas de personas.

“Esto podría ponerse como en 2019”, presagió.

Desde Centroamérica

Los desastres naturales y los problemas económicos son solo dos motivantes para migrar.

Los migrantes movidos por esos y otros factores aparte perciben nuevas oportunidades ahora que Biden relaja las restricciones a la inmigración.

Felipe Vargas, defensor de los migrantes en Jesuit Refugee Services, dijo que la migración al sur de México está alcanzando niveles como los que se veían antes de la pandemia.

Los migrantes están llegando en pequeños grupos o solos luego de que las caravanas fueran desarticuladas por las autoridades de Guatemala, dijo Vargas.

En una visita a Tapachula —una importante escala en el estado mexicano de Chiapas, vecino con Guatemala—, Vargas encontró mucha confusión sobre las políticas de Estados Unidos y el fin de Permanecer en México.

Un enorme centro de detención de migrantes, Siglo XXI, es administrado por el gobierno mexicano.

“Tenemos que decirles que (el gobierno de Estados Unidos) está transformando su sistema y que muy pocos logran cruzar. Eso lo complica y además todo se hace en medio de la pandemia”, dijo.

En Tapachula se puede encontrar migrantes de Honduras, Guatemala, El Salvador, Haití, Cuba, Camerún y Ghana, dijo.

Todos tienen diferentes razones para haber salido de su país, pero muchos mencionan que la pandemia destruyó la economía de sus países o que el cambio climático causó destructivos huracanes en Centroamérica el año pasado.

La migración desde Centroamérica ha estado creciendo al punto que la organización médica Global Response Management abrirá una clínica en dos semanas en Tapachula, a unas 10 millas de la frontera.

Global Response ha administrado dos clínicas en Matamoros, una de ellas dentro del campamento cercado para participantes del PPM, la cual ha estado parcialmente atendida por doctores cubanos que también buscan asilo.

Entre los migrantes en Tapachula hay dos cubanos que estaban registrados en el PPM y que estaban sopesando los peligros del largo trayecto de vuelta hasta la frontera de California, donde habían iniciado sus trámites de asilo.

“Si salen de Tapachula y vuelven a la carretera, pueden ser deportados (de México)”, dijo Vargas. “Están desesperados”.

De vuelta en la frontera con Estados Unidos, una señal del creciente número de migrantes que se aprestan a cruzar es la construcción de un anexo en un albergue para migrantes en la pequeña ciudad fronteriza mexicana de Palomas, ubicada aproximadamente a una hora de El Paso.

El anexo está siendo construido por los mismos migrantes. Uno de ellos era José Luis, quien trabajaba hace pocos días en levantar una cerca en torno al albergue Tierra de Oro.

El hondureño pidió no ser identificado por su apellido porque teme represalias de las pandillas en Honduras, donde todavía tiene familia.

José Luis empezó a planear su viaje antes de la elección presidencial de noviembre en Estados Unidos.

“Yo no tenía idea de quién era el señor Biden ni que había elecciones en Estados Unidos”, dijo.

Y explicó por qué él y muchos otros tomaron camino al norte.

“La pandemia fue el último clavo en el ataúd”, dijo.

“Cuando tienes hambre y tu familia no tiene que comer, no piensas en esas cosas. Solo quieres una solución, y toda mi vida Estados Unidos ha sido el lugar a donde uno va cuando todo lo demás falla en tu país”.

Dianne Solis informó desde Dallas y el corresponsal Alfredo Corchado desde El Paso