Espantajos de guerra civil en Estados Unidos – La Vanguardia

Estados Unidos da miedo. De unos meses a esta parte, y sobre todo ahora que acaba de cumplirse el primer aniversario del asalto al Capitolio, las alertas sobre la creciente polarización política han dado lugar a reiteradas preguntas o advertencias sobre la posibilidad de una nueva guerra civil. Las alusiones proliferan en discursos políticos y artículos académicos, en tertulias y entrevistas. Y dos libros de este mismo mes abordan el tema en profundidad, ambos bajo la tesis de que la contienda está próxima.

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En el ámbito político, las menciones o sugerencias sobre la posibilidad de un nuevo conflicto armado van del espantajo retórico a la premonición grave, pasando por el uso más o menos sugestivo de la referencia histórica. Este último es el caso de la cita de Joe Biden durante su discurso por el aniversario de la insurrección en el Capitolio. Después de recordar cómo algunos insurrectos portaron y ondearon banderas de la Confederación, “símbolo de la causa para destruir Estados Unidos”, y tras añadir que la enseña jamás se había exhibido en el Congreso, dijo: “Eso ni siquiera sucedió durante la Guerra Civil, pero ocurrió aquí en el 2021”.

Más directa había sido la presidenta de la Cámara de Representantes cuando, en setiembre, formuló una analogía entre la ocupación del Capitolio y la Guerra de Secesión. “En el pasado ha habido dificultades en la política, pero nada como lo que estamos sufriendo ahora. Tuvimos una Guerra Civil pero incluso entonces el presidente Lincoln estaba construyendo la cúpula del Capitolio, símbolo de democracia para el mundo… Y ahora este símbolo ha sido asaltado, no sólo en su estructura física sino como institución”.

“La próxima contienda en EE.UU. ya está aquí y el país se niega a verla”, apunta en su libro Stephen Marche

“¿Estamos realmente ante una segunda guerra civil?”, titulaba el jueves en The New York Times la comentarista Michelle Goldberg. Aunque su respuesta era escéptica, el escrito venía a colación de los avisos lanzados al respecto en los libros Cómo empiezan las guerras civiles , de la politóloga y profesora de la Universidad de California Barbara F. Walter, y La próxima guerra civil. Informes desde el futuro de América , del novelista canadiense Stephen Marche.

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Fernando García

FILE PHOTO: An explosion caused by a police munition is seen while supporters of U.S. President Donald Trump gather in front of the U.S. Capitol Building in Washington, U.S., January 6, 2021. Reuters photographer Leah Millis:

Walter y Marche comparten al menos dos de sus puntos de partida. Uno se refiere al hecho de que en todos los conflictos armados recientes los ciudadanos se vieran sorprendidos cuando estalló la violencia por mucho que las señales de alarma estuvieran a la vista. Marche traspone así esas situaciones: “La próxima guerra civil de EE.UU. ya está aquí y el país se niega a verla”. La otra premisa en que él y Walter coinciden es la de que una contienda armada ahora no sería como la Guerra de Secesión, con tropas en frentes de batalla, sino que se desarrollaría a base de insurgencias guerrilleras.

La polarización entre facciones más y más radicales, la crisis de credibilidad de los políticos y las instituciones, la abundancia de armas en el país (393 millones de pistolas y rifles para 329 millones de habitantes), la formación de milicias con vocación y planes de insurgencia y por supuesto el propio asalto al Capitolio para impedir el traspaso pacífico del poder son, para ambos autores, señales claras de la inminencia de una confrontación violenta.

La idea de que una guerra es inevitable resulta “inflamable y corrosiva”, afirma Fintan O’Toole

Otros ensayistas se centran en la necesidad de prevenir el conflicto, caso del psicólogo social Peter Coleman, profesor de la Universidad de Columbia especializado en resolución de conflictos. “Cómo Estados Unidos puede evitar otra guerra civil” es el directo título del artículo que publicó el pasado 6 de enero en la revista Time . Trabajar por la pacificación y la unidad, acordar una tregua y centrarse en lo que funciona son algunas de sus recomendaciones, basadas en ejemplos históricos.

No todos los analistas que hablan de guerra civil lo hacen porque crean que es probable. “Conozco a muchos estudiosos de la guerra civil, y muy pocos de ellos piensan que Estados Unidos está al borde del precipicio de una guerra civil”, escribió el 3 de enero en Twitter el politólogo y profesor de Harvard Josh Kertzer. Otros, como Felipe Bump en The Washington Post el martes pasado, subrayan la relevancia del debate en sí: “Que en los últimos días se esté dando una amplia discusión sobre la perspectiva de una guerra civil en EE.UU. es revelador”, escribió. Y no faltan quienes avisan del peligro del debate: “Cuidado con las profecías de la guerra civil”, advertía el polemista Fintan O’Toole en The Atlantic , en diciembre. Pues “una cosa es admitir la posibilidad real de que EE.UU. se separe y lo haga violentamente y otra, describir esa posibilidad como inevitable”. Tal idea es “inflamable y corrosiva”. Y da miedo.