¿De verdad Estados Unidos no está en guerra en Ucrania? – The New York Times (Español)

El problema en décadas recientes, en especial después de los ataques del 11 de septiembre, es que hemos pasado a un modelo de conflictos armados perpetuos, en que las delimitaciones en cuanto a cronología, geografía y propósitos son ambiguas. La línea entre lo que se considera guerra y lo que no es muy tenue, por lo que es mucho más difícil identificar en qué momento pasamos de un estado al otro.

Esto se debe en parte a los avances tecnológicos, como la guerra de drones y los ciberataques, que permiten cometer en otros países actos que en otras circunstancias se considerarían acciones de guerra (asesinar a adversarios, destruir edificios, afectar instalaciones nucleares) sin que un solo soldado estadounidense abandone el territorio estadounidense. También tiene que ver con la función ejecutiva de la guerra: aunque el Congreso no ha hecho una declaración formal de guerra desde 1942, varios presidentes han aprovechado las amplias facultades para el caso de guerra otorgadas a George W. Bush en 2002, que le permitieron autorizar el uso de la fuerza militar.

¿Podría decirse que estamos en guerra en Pakistán o Somalia, por ejemplo, donde hemos emprendido ataques con drones contra Al Qaeda, el Estado Islámico y los militantes talibanes en Pakistán desde 2004 y contra Al Shabab en Somalia desde 2011? ¿Estamos en guerra en Níger, lugar al que se enviaron fuerzas estadounidenses y donde cuatro soldados estadounidenses fueron asesinados en una emboscada en octubre de 2017?

Estados Unidos nunca ha anunciado formalmente su participación en la guerra civil en Yemen, pero una coalición dirigida por los sauditas asesinó a civiles con ojivas nucleares fabricadas en Estados Unidos y seleccionó objetivos con ayuda de los estadounidenses.

Nuestro papel en el conflicto en Yemen, que ya cumplió siete años, ha sido de tal importancia que muchos expertos están convencidos de que, sin nuestra presencia, la coalición encabezada por los sauditas intentaría llegar a un acuerdo de paz. Ha sido de tal importancia que los legisladores estadounidenses, incluida una mayoría bipartidista de senadores en 2019 y los representantes Pramila Jayapal, demócrata por Washington, y Peter DeFazio, demócrata por Oregon, este año, lo catalogaron como una contravención al Artículo I de la Constitución, que le otorga al Congreso poderes para declarar la guerra, y a la Resolución de Poderes de Guerra, de 1973, que delimita con toda claridad, en cuanto a naturaleza y plazos, las acciones militares ordenadas por el presidente.

Esos legisladores llegaron a la conclusión de que cruzamos la línea en Yemen, aunque no quede muy claro dónde está esa línea.