Alumnos latinos e inmigrantes enfrentan desafíos aprendiendo a distancia – La Noticia

Al reiniciar el año escolar, Susana Borrego, maestra del Charlotte Bilingual Preschool, sabía que sus estudiantes la necesitarían en el salón de clases, con pandemia o no. “Miss Sussy”, como la llaman sus alumnos, a menudo cambia del español al inglés durante las lecciones ya que la mayoría son recién llegados y de hogares que solo hablan español.

“Ellos van a encontrar que su maestra también habla igual que su mamá o que su papá”, dijo Borrego. “Esa conexión hace que ellos se sientan confiados y abiertos al aprendizaje”.

Borrego, quien es peruana, conoce la transición de una cultura a otra y las desventajas que conlleva, especialmente para los padres.

“Todos están en riesgo por la barrera del idioma”, dijo Borrego. “El trabajo nunca termina.”

La pandemia puso en primer plano, más que nunca, esa y otras limitaciones. Hace unas semanas, la directora de la escuela, Banu Valladares, envió un correo electrónico al personal y les dijo que había una oportunidad para ayudar a algunos de los estudiantes y sus familias. Esto requeriría que algunas maestras regresaran a dar clases en persona.

“Fui una de las primeras que dijo, “Sí, yo quiero regresar” teniendo en cuenta lo que todo eso significaba”, dijo Borrego.

Borrego ha visto con sus alumnos lo que una profesora de la Universidad de Wake Forest encontró en su estudio: las familias latinas están teniendo más dificultades que muchas otras familias durante el aprendizaje virtual.

No entienden las instrucciones

La Dra. Betina Cutaia Wilkinson, quien enseña en el departamento de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Wake Forest, examinó los efectos educativos de la pandemia en los latinos del condado de Forsyth. Ella y un grupo de sus estudiantes sostuvieron entrevistas con un total de 40 padres, maestros y líderes locales sin fines de lucro. De ellas 19 fueron en español.

Durante las entrevistas, algunos padres compartieron que tienen dificultades ayudando a sus hijos con las tareas porque no se defendían muy bien con el inglés.

“El problema que ocurre es que no siempre le pueden ayudar a los niños con la tarea porque no entienden los padres las instrucciones”, dijo Wilkinson. “Si entienden, no se sienten tan [cómodos] ayudando al niño”.

Problemas con la tecnología

Wilkinson también descubrió que no son solo las barreras del idioma las que impiden que estos niños aprendan, sino también el acceso a la tecnología y las largas jornadas laborales de los padres como trabajadores esenciales. Encontró que muchos padres no se sentían cómodos con la tecnología y que los estudiantes dependen de computadoras y conexiones móviles de internet distribuidos por las escuelas que no siempre funcionan como deben.

“Algo que afecta bastante es la situación económica de una familia”, compartió. “Por ejemplo, si una familia tiene acceso a una conexión [de internet] bien fuerte, no necesita una hotspot [de la escuela], o si tiene su propia computadora no tiene que usar la computadora que da la escuela”.

Wilkinson dice que para algunos padres, los hotspots solo funcionaban unas cuantas horas al día o se apagaban después de cierta hora en la noche, cuando los padres finalmente podrían ayudar a sus hijos con la tarea tras llegar del trabajo.

“Eso afecta mucho la enseñanza de los niños”, dijo Wilkinson.

Los maestros también necesitan ayuda

Volviendo al comentario de Borrego sobre “el trabajo nunca termina”, Wilkinson también descubrió que eso es cierto entre los maestros que entrevistó su equipo. Muchos maestros compartieron que estaban trabajando las 24 horas del día tratando de mantenerse en contacto con las familias latinas tanto como fuera posible para ayudarlos también a navegar el aprendizaje en línea.

Wilkinson dice que la meta de su estudio es formar parte de los cambios que se hagan a las políticas del sistema educativo para que haya mejor comunicación entre padres e hijos que hablan otros idiomas en casa. Entre ellas, facilitar la comunicación entre los padres y educadores, ofrecer instrucciones traducidas de las tareas y actividades o versiones traducidas de los programas que se utilizan.

“Basándome en mis hallazgos, diría que debemos hacer un énfasis significativo en brindar mayores recursos a, en primer lugar, a los maestros. Entonces, tenemos más asistentes de enseñanza, para que puedan hacer un seguimiento con los padres para comunicarse más a fondo sobre lo que está sucediendo ”, agregó Wilkinson.

Estudiantes latinos se están quedando atrás

En la primavera, Banu Valladres, directora de CltBP, vio cómo sus estudiantes latinos se estaban quedando atrás. El objetivo del preescolar es ayudar a las familias inmigrantes y de habla hispana a realizar la transición al sistema escolar estadounidense. Por eso dice que tener de regreso a estos estudiantes de alto riesgo es tan importante para su formación.

“Yo estoy lista para pelear, pelear por nuestra gente porque son nuestra familia, nuestra comunidad”, dijo Valladares entre lágrimas. “Esto es personal y tiene que ser personal para todos. Así es como vamos a cambiar el sistema”.

Recuperar a los estudiantes no fue tarea fácil.

El CltBP es auspiciado por Meck Pre-K, un programa del condado que ofrece pre-kinder infantil gratuito a niños elegibles en el condado de Mecklenburg. Normalmente, la sede del preescolar es la escuela primaria Hickory Grove, parte del distrito Charlotte-Mecklenburg Schools (CMS).

Debido a la pandemia, CMS solo impartirá clases a distancia, por lo que CltBP perdió sus aulas para el año escolar. En septiembre, CltBP anunció una asociación con Thompson Child & Family Focus. Esto permitiría que el preescolar reanudara sus operaciones en persona alquilando algunas de sus aulas y, a su vez, seguiría financiado.

Valladares y el resto del personal de CltBP sabrán en diciembre, cuando la escuela obtenga los resultados de unas evaluaciones, si toda la atención, el acceso a la tecnología y la capacidad transcultural han valido la pena.